Las últimas tropas francesas desplegadas en Níger abandonaron el viernes la nación del Sahel a petición de la junta militar, apoyada por el pueblo.
“Hoy […] marca el final del proceso de retirada de las fuerzas francesas en el Sahel”, declaró el viernes un teniente del ejército nigerino, Salim Ibrahim, durante una ceremonia para celebrar el fin de la presencia militar francesa en Níger, efectuada en la base aérea de Niamey (la capital), donde estaba estacionada la mayoría de los aproximadamente 1500 soldados y aviadores franceses presentes en el país africano.
La junta militar, que gobierna el país africano tras la caída del presidente Mohamed Bazoum —un aliado del Occidente—, en un golpe de Estado el pasado 26 de julio, celebró el fin de la presencia militar de la antigua potencia colonial en Níger y lo calificó del inicio de una “nueva era” para la nación nigerina.
Mediante un comunicado en su cuenta de la red social X, la junta dijo que “Níger sigue de pie” y su seguridad ya no está ligada a la presencia militar foránea. Dijo que el gobierno militar está decidido a superar los desafíos existentes, fortaleciendo las capacidades militares y estratégicas del país.
La llegada al poder de los militares avivó los sentimientos antifranceses en Níger, donde la antigua potencia colonial se enfrentaba a acusaciones de saquear desde hace décadas los recursos del país africano.
Tras el golpe, la junta militar exigió la retirada de los soldados franceses del país. Aunque el Gobierno galo se mostró primero reticente, porque reconoce como presidente electo al derrocado Mohamed Bazoum, el mandatario francés, Emmanuel Macron, se vio obligado a empezar a retirar sus tropas en octubre.
Además, fuentes diplomáticas galas dijeron el viernes a la agencia EFE que París tiene previsto cerrar su embajada en Niamey por un tiempo indefinido ante la imposibilidad de “funcionar con normalidad” y de “llevar a cabo sus misiones”.
Es la tercera vez en año y medio que Francia se ve forzada a un retiro militar en sus excolonias, pues también abandonó Mali a finales de 2022 y Burkina Faso a comienzos de este año. El país europeo alegaba que su presencia militar en Níger y otras naciones del Sahel tenía como objetivo combatir al terrorismo, mientras que la junta militar y la nación nigerina la consideraban una mera excusa para perseguir los enormes intereses económicos de París en este país.
La junta militar en el poder ha prometido preservar la independencia y la soberanía del país. En esta línea, anunció además a principios de diciembre la ruptura de los acuerdos de cooperación militar con la Unión Europea.