La decisión forma parte de una estrategia destinada a reducir las posibles consecuencias de ataques en caso de un conflicto.
Estados Unidos está reacomodando el aeródromo Tinián Norte, conocido por ser el punto de partida para los bombardeos atómicos de Japón durante la Segunda Guerra Mundial. La medida es parte del reajuste de la Fuerza Aérea estadounidense en el Indo-Pacífico ante lo que el Pentágono ve como una creciente amenaza proveniente de China.
La Fuerza Aérea está impulsando obras en Tinián, parte de la Mancomunidad de las islas Marianas del Norte, territorio no incorporado de EE.UU., ubicado a unos 6.000 kilómetros al oeste de Hawái.
«Si prestan atención en los próximos meses, verán progresos significativos, especialmente en Tinián Norte«, afirmó la semana pasada el general Kenneth Wilsbach, comandante de las Fuerzas Aéreas del Pacífico, en declaraciones a Nikkei.
El alto cargo militar precisó que el aeródromo, clausurado en 1947, está cubierto de maleza, pero que una vez despejada «esa jungla» hasta el próximo verano, el Pentágono contará con una instalación muy amplia.
La Fuerza Aérea también está realizando obras en el aeropuerto internacional ubicado en el centro de la isla, según confirmó el comandante.
Tinián y las cercanas islas de Saipán y Guam fueron claves en la intensa campaña de bombardeos de Japón, incluidos los ataques del 10 de marzo de 1945, que dejaron al menos 100.000 muertos y un millón de desamparados.
Por su parte, Tinián Norte entró en la historia el 6 de agosto de 1945, ya que desde allí despegó el B-29 ‘Enola Gay’ con una bomba nuclear a bordo. Apodada ‘Chico Pequeño’, la bomba fue arrojada sobre Hiroshima, causando la muerte de 70.000 personas en la explosión inicial. Tres días más tarde, otro bombardero despegó desde el aeródromo para realizar un bombardeo atómico contra Nagasaki, donde murieron unas 60.000 personas con la explosión inicial. El número total de fallecidos en ambas explosiones y sus posteriores efectos de radiación superó los 225.000.
Las renovaciones en Tinián forman parte de la estrategia operacional ‘Agile Combat Employment’, destinada a distribuir las aeronaves militares de EE.UU. entre la mayor cantidad posible de aeródromos en el oeste del Pacífico para reducir las secuelas de ataques potenciales en caso de un conflicto.
Las Fuerzas Aéreas del Pacífico confirmaron a CNN las declaraciones de Wilsbach, señalando que todavía no se ha emitido el comunicado oficial sobre el tema.