El Gobierno confirmó que su involucramiento con la operación ‘Guardián de la Prosperidad’ dependerá de las decisiones de la Unión Europea y la OTAN.
La operación militar organizada por EE.UU. en el mar Rojo para enfrentar el ataque a barcos por parte de las milicias hutíes yemeníes ya tuvo una baja. El Gobierno de España anunció el 19 de diciembre su decisión de no ser parte «unilateralmente» en esas maniobras.
El Ministerio de Defensa confirmó que su participación en la operación ‘Guardián de la Prosperidad’ está atada a la decisión que puedan tomar la Unión Europea y la OTAN, ya que el Gobierno español no lo hará de manera independiente.
La aclaración del Ejecutivo de España llegó un día después de que EE.UU. anunciara el lanzamiento de una operación internacional para defender el mar Rojo, escenario de ataques por parte de los hutíes contra bancos comerciales. «La reciente escalada de temerarios ataques hutíes originados en Yemen amenaza la libre circulación del comercio, pone en peligro a navegantes inocentes y viola el derecho internacional», afirmó Lloyd Austin, jefe del Pentágono.
El funcionario detalló que la iniciativa contaría de la participación de varios países, como el Reino Unido, Francia, Italia, Canadá, Noruega, Baréin, Seychelles y también España. Su intención es «afrontar conjuntamente los retos de seguridad en el sur del mar Rojo y el golfo de Adén, con el objetivo de garantizar la libertad de navegación de todos los países y reforzar la seguridad y la prosperidad regionales».
Luego de esta afirmación, las autoridades españolas debieron aclarar cuál era la postura del país, pues ya habían comenzado las críticas de la oposición. Alberto Núñez Feijóo, presidente del Partido Popular, había criticado que el supuesto envío de tropas se realizara sin haber informado al Parlamento, lo que, según sus palabras, implica «ningunear a las instituciones» e «ignorar los procedimientos democráticos».
La respuesta de los hutíes
Después del anuncio estadounidense, los rebeldes hutíes aclararon que los únicos barcos que tienen como objetivo son los pertenecientes a Israel o los que van hacia sus puertos, en respuesta a la «brutal agresión y el asedio a la Franja de Gaza» por parte del país hebreo. Por eso, agregaron que los navíos del resto de los países que transiten por la zona no corren ningún riesgo.
«Las Fuerzas Armadas de Yemen reiteran sus garantías a todos los barcos que se dirigen a todos los puertos del mundo, excepto a los puertos israelíes», detalla un comunicado, que agrega que «continuarán impidiendo que barcos de cualquier nacionalidad que se dirijan a puertos israelíes naveguen en los mares Arábigo y Rojo» hasta que no sea entregada ayuda humanitaria en la Franja de Gaza.
Este anuncio fue realizado cuando tres grandes empresas navieras mundiales suspendieron el paso de sus buques por el mar Rojo. La línea de contenedores más grande del mundo, Mediterranean Shipping Co. (MSC), con sede en Suiza, la danesa Maersk, la francesa CMA CGM y la alemana Hapag-Lloyd tomaron esa decisión.