El mandatario prometió recursos del Estado, pero recibió críticas por decir a las autoridades provinciales que esperaba que pudieran resolver el desastre «con los recursos existentes».
La trágica tormenta que azotó el sábado la ciudad bonearense de Bahía Blanca, con un saldo de 13 muertos y al menos 14 heridos, es la primera prueba del gobierno libertario de Javier Milei, una semana después de asumir y decretar medidas para minimizar el papel del Estado en la vida de los argentinos.
El domingo, el mandatario, vestido con traje militar, visitó la ciudad arrasada por el temporal de fuertes lluvias y vientos, que causaron cientos de evacuados y graves daños materiales, y en una improvisada de rueda de prensa hizo sus primeras declaraciones sobre la tragedia.
«Estoy perfectamente confiado de que ustedes van a lograr resolver esta situación de la mejor manera posible con los recursos existentes», dijo. Su tono de distancia no fue bien recibido, por lo que después matizó sus palabras al asegurar que había dado instrucciones a sus ministros para «brindar la asistencia que se pueda desde la Nación, y hacer un trabajo combinado tanto como con el gobernador y su equipo, como con el intendente».
«Vamos a ponerle el hombro para salir adelante», agregó, sin detallar qué recursos serán destinados.
La ministra del Interior, Patricia Bullrich, dijo que el mandatario libertario, tras visitar el hospital municipal en el que habló con «una señora que perdió a parte de su familia», puso a disposición «todos los medios nacionales frente a la tragedia».
El mandatario ultraliberal llegó al poder con la promesa de achicar el Estado hasta lo más mínimo y decretó entre sus medidas un agresivo plan de shock contra la inflación, la devaluación del peso y el aumento de la pobreza, que contempla el recorte a los fondos para las provincias.
«Esto no lo resuelve el mercado»
Por eso, este fin de semana todas las miradas estaban puestas no solo en las consecuencias del desastre, sino también en la reacción del mandatario, que coincidió en una reunión del comitié de crisis con el gobernador kirchnerista de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof.
Kicillof, exministro de Economía, decretó el estado de emergencia por 30 días para hacer «obras urgentes» y acciones necesarias para aliviar el sufrimiento de la población.
Y, sin citarlo, dijo una frase dirigida al mandatario: «Esto no lo resuelve el mercado sino un Estado presente, preparado y eficaz».
«Fue una verdadera catástrofe climática: venimos de un tiempo de mucha sequía y ahora esta tormenta. Es imposible negar el cambio climático. Por suerte, estos cuatro años hicimos muchas inversiones vinculadas a defensa civil, a helicópteros para atender catástrofes y estamos muy equipados», explicó.
«Ningún privado, como vende Milei»
La actuación de Milei fue objeto de un profundo escrutinio y de críticas en las redes sociales.
«Esto no se arregla con mensajes o fotos. La gente sufre la falta de soluciones estructurales, hay inundados y se cayeron los servicios. Hay que destinar ya presupuesto de emergencia. Ningún ‘privado’, como vende Milei«, escribió Alejandro Bodart, secretario general de Movimiento Socialista de Trabajadores.
«Lo tiene que hacer el Estado nacional y provincial con lo necesario para asistir a las víctimas, sus familias y barrios afectados con voladuras de techo y carencias urgentes», agregó.