La infraestructura cuenta con 1.554 kilómetros que recorren cinco estados del sureste del país y conecta algunas de las zonas más pobres con la turística Riviera Maya.
Después de cinco años de obras, este viernes comenzará a operar el Tren Maya, el emblemático proyecto del actual gobierno mexicano, que impulsó en 2018 el presidente Andrés Manuel López Obrador.
La inauguración llega en diciembre, como auguró López Obrador hace siete meses. A partir de hoy comenzará el recorrido entre Campeche y Cancún, por los tramos 2, 3 y 4, de los siete que componen sus 1.554 kilómetros de longitud, por lo que ya se encuentran a la venta los boletos para los próximos ocho días.
«El Tren Maya es una obra magna, no exageramos si decimos que no hay otra así en el mundo, que se logró en tiempo récord», aseguró López Obrador este viernes, en su acostumbrada rueda de prensa matutina.
«Nos humillaron mucho, nos ningunearon por siglos y nos quitaron -no del todo- nuestro orgullo por la grandez cultural de México. Se llegó a decir que éramos bárbaros, que nos trajeron la civilización y eso se aceptó. Fue tan intensa esa campaña, que se negaba el origen de nuestro pueblo», comentó el presidente en referencia a los agravios cometidos durante la época de la conquista.
López Obrador dijo que espera que el proyecto sirva para tener en cuenta «la idiosincrasia y la grandeza cultural de México».
Por su parte, el general Óscar David Lozano Águila, director general de Tren Maya, destacó el esfuerzo de los diferentes profesionales. «Estamos listos, hemos trabajado mucho para llegar a este día, el plazo se cumplió«, subrayó.
Asimismo, Maite Ramos, directora de Alston México, consorcio que ganó la licitación para la fabricación de los trenes, pidió «guardar esta fecha para siempre». «Este jaguar rodante está vivo, lleva el esfuerzo de miles de hombres y mujeres», aseveró.
El trayecto general
El trayecto general comprende los estados de Tabasco, Chiapas, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, todos ellos al sureste del país, donde se aglutinan algunas de las regiones más pobres de México. Se espera que la zona sea dinamizada económicamente gracias a este proyecto, que en total cuenta con una veintena de estaciones y 14 paraderos más pequeños.
Los 42 trenes, que estarán en pleno funcionamiento a partir de febrero, alcanzarán una velocidad de 160 kilómetros por hora para el traslado de pasajeros, y 120 kilómetros por hora para los de carga.
El tren penetra en la selva para conectar la turística región de la Riviera Maya, por lo que ha recibido críticas de parte de movimientos ecologistas, que denuncian el posible impacto negativo del medio de transporte. La pugna con estas organizaciones implicó decenas de recursos judiciales, a lo largo de los cinco años, por lo que la obra sufrió varias suspensiones temporales.
El proyecto se ha llevado a cabo con una inversión íntegra pública, que en un principio se presupuestó por algo más de 120.000 millones de pesos mexicanos (7.000 millones de dólares), pero que finalmente se disparó hasta los 500.000 millones (alrededor de 29.000 millones de dólares).
Se espera que la nueva instalación ferroviaria fomente el turismo, cree empleo y promueva la mejora económica, de comunicaciones y de otras infraestructuras en la región.
El proyecto del Tren Maya incluye también la apertura de dos nuevas zonas arqueológicas en Quintana Roo, así como la construcción de museos, centros de atención a visitantes y seis hoteles.
Se prevé que el impacto económico comprenda la creación de un millón de nuevos empleos y que contribuya a reducir drásticamente la pobreza de la región.