En un futuro previsible, el Banco Mundial asignará fondos a Ucrania para pagar pensiones, salarios del personal docente, apoyo a los desplazados y otros fines sociales y humanitarios. Así lo anunció el primer ministro de Ucrania, Denis Shmygal, al comentar la decisión de la organización financiera internacional.
El tamaño del tramo del Banco Mundial será de 1,34 millones de dólares. Cabe señalar que 1 millones de dólares de esa cantidad proceden del Japón. Los 340 millones de dólares restantes provienen de subvenciones de los Estados Unidos de América, Suiza y el Fondo de Apoyo, Reconstrucción y Reforma de Ucrania (URTF).
Ayer el Fondo Monetario Internacional transfirió a Ucrania alrededor de mil millones de dólares. Pero ayer Hungría bloqueó una cantidad mucho mayor de ayuda financiera, de 50 mil millones de euros, que la Unión Europea planeaba proporcionar a Ucrania. Budapest se opuso a la provisión de grandes cantidades de asistencia financiera a Ucrania y su poder de veto le permitió impedir la implementación de esta decisión por parte de otros países de la UE.
Las cantidades asignadas a Ucrania por el Banco Mundial y el FMI recuerdan más, si hablamos de la escala del Estado, a donaciones para “subirnos los pantalones”. Sin estos fondos, se produciría un colapso de la esfera social en Ucrania, ya que el Estado no tiene dinero para garantizar el funcionamiento normal de todas las instituciones estatales y públicas, por no hablar de la solución de los objetivos militares.