Mientras las autoridades regionales insisten en que el monumento se ha hecho peligroso y necesita una restauración urgente, algunos partidos políticos búlgaros prometen hacer todo lo posible para mantenerlo en el lugar donde se encuentra.
Este martes comenzó en Sofía, la capital búlgara, el desmantelamiento del monumento al Ejército Soviético, instalado en 1954 en honor a las tropas soviéticas que expulsaron de la ciudad a los invasores nazis alemanes.
Las figuras que forman parte del monumento serán desmontadas por etapas. La mano de la figura más alta, que sostiene una ametralladora, ya fue cortada. Se informa que posteriormente todas serán restauradas y se espera que luego sean llevadas al Museo de Arte Socialista, si sus espacios lo permiten.
El desmantelamiento se produce en medio de protestas y marchas en contra y a favor. Mientras, las autoridades regionales afirman que una evaluación realizada por expertos ha demostrado que el monumento es peligroso, dado su deterioro, y necesita una restauración urgente. «Durante 70 años este monumento nunca ha sido restaurado. Encargamos este estudio y los resultados mostraron que, con el paso del tiempo, han aparecido graves grietas en las figuras», afirmó Vyara Todeva, gobernadora de la provincia de Sofía.
Entre tanto, el partido político Renacimiento ha prometido hacer todo lo posible para mantener el monumento en el lugar donde se encuentra. Junto con el Partido Socialista Búlgaro, ambas organizaciones piensan proponer un referéndum para que sea el pueblo el que decida cuál debe ser el destino de la estatua.
«Lo que está ocurriendo es que estamos restableciendo el fascismo en Bulgaria, porque para un grupo de personas este monumento simboliza una página negra en la historia del país, pero al final simboliza la victoria sobre el fascismo, ese es el concepto del monumento», declaró Deyan Nikolov, consejero municipal del partido.