Budapest seguirá comprando «sin ninguna duda» combustible para la central nuclear de Paks a la corporación rusa Rosatom, afirmó el ministro húngaro de Asuntos Exteriores, Peter Szijjarto.
Esas declaraciones se producen en el marco de las presiones sobre Hungría por la negativa del país a sumarse a las restricciones contra la energía atómica rusa.
El funcionario precisó que Hungría está muy satisfecha con la cooperación con Rusia en el ámbito del átomo pacífico, por lo cual «no hay razón para cambiar nada» al respecto.
«Por supuesto [seguiremos comprando el combustible ruso], sin ninguna duda. Estamos muy satisfechos con la cooperación en el sector de la energía nuclear, no hay motivos para cambiar nada. También nos satisface el progreso en la construcción de nuevas unidades nucleares. Mantenemos una buena cooperación con Rosatom», detalló el canciller húngaro, citado por medios rusos.
Budapest ha defendido constantemente su derecho a trabajar con Rosatom siendo el principal opositor a las sanciones de la Unión Europea que restringen la cooperación nuclear con Rusia. Además, el 21 de noviembre, el Ministerio de Energía ucraniano admitió que varios miembros de la UE habían manifestado su reticencia a dejar de trabajar con esa empresa rusa porque no había posibilidades técnicas de cambiar al combustible nuclear de otros productores.
El Comisario de Energía de la UE, Kadri Simson, declaró a Politico que Hungría debe intensificar sus esfuerzos para dejar de comprar suministros energéticos rusos. No obstante, el 14 de noviembre Budapest y Moscú firmaron un plan de trabajo para la construcción de la central nuclear Paks 2 en este país de Europa del Este.
En ese contexto, Rusia ha concedido a Hungría un préstamo de 10.000 millones de euros para su construcción, además de garantizar el suministro de combustible, la formación de personal para la operación y otros aspectos positivos de la cooperación.
La central nuclear de Paks, la única en Hungría, fue construida con la asistencia de la Unión Soviética. Situada a unos 100 kilómetros de Budapest, en las inmediaciones de la ciudad de Paks, y operativa desde 1982, la central dispone de cuatro reactores VVER-440 con una capacidad total de 2.000 megavatios que producen la mitad de la electricidad que consume el país.
A finales de 2014, la corporación rusa Rosatom, líder mundial del sector nuclear, y Hungría firmaron un contrato evaluado en 12.000 millones de dólares para la construcción de la segunda etapa de la central nuclear, que constará de dos reactores VVER-1200 con una potencia instalada de 2.400 megavatios.
En agosto de 2022, Hungría concedió a Rosatom la licencia para construir las unidades 5 y 6. Se prevé que las obras empiecen en primavera o verano boreal de 2024.