Cómo afectan la crisis ucraniana y la guerra de Gaza al equilibrio político en la Unión Europea

Ucrania y Gaza parecen haber alimentado el auge de los partidos conservadores europeos de cara a las elecciones parlamentarias de la Unión Europea (UE) de 2024, mientras la parte liberal del organismo pierde el control, afirma el estratega económico y escritor estadounidense David Paul Goldman.

La victoria del político populista de derechas Geert Wilders y su Partido de la Libertad en las elecciones generales neerlandesas del 22 de noviembre fue calificada de «chocante» y «sorprendente» por la prensa occidental. De hecho, Wilders encarna todo lo que la clase dirigente liberal de la UE desprecia: es un ferviente euroescéptico, es antiinmigrante, advierte contra la «islamización de los Países Bajos», pide la suspensión de la ayuda a Ucrania, y, por último, se opone a la «rusofobia histérica» en Europa.

Lo que sorprendió a los observadores, sin embargo, fue que no hace mucho el Partido de la Libertad de Wilders obtuvo solo el 10% de los votos, pero esta vez consiguió 37 de los 150 escaños del Parlamento con el 25% de los votos emitidos.

En este contexto, David Paul Goldman sugirió que el ataque sorpresa de Hamás del 7 de octubre y las subsiguientes manifestaciones propalestinas en toda Europa contribuyeron a la victoria de Wilders. El estratega calificó las manifestaciones de «afirmación triunfalista de poder por parte de una minoría que cree que puede convertirse en la futura mayoría».

«La inmigración, legal e ilegal, está transformando el carácter de la sociedad europea. Oficialmente, alrededor del 7% de la población de Francia, el Reino Unido y Alemania son inmigrantes musulmanes, pero las cifras reales son mayores», señaló Goldman en su último ensayo para Asia Times.

El sentimiento antiinmigración, promovido por los partidos conservadores europeos, recibió un impulso adicional en octubre tras el ataque de Hamás, según el autor. Señaló que la derecha europea apoya en gran medida a Israel.

Así, el 59% de los alemanes señalaron que temen un atentado terrorista masivo en su propio país, y solo el 27% creen que los atentados terroristas son improbables, según una encuesta de YouGov de noviembre. Antes, el 19 de octubre, una manifestación musulmana se convirtió en disturbios en el barrio berlinés de Neukoelln. Goldman señaló que los disturbios estallaron después de que un canal islamista de Telegram llamara a sus seguidores a «convertir Neukolln en la Franja de Gaza», según información publicada por el diario Bild-Zeitung.

Antes del conflicto palestino-israelí, la tendencia estaba impulsada por el conflicto ucraniano, sostuvo Goldman. Los partidos conservadores europeos han mostrado su escepticismo ante el gasto millonario de la UE para armar a Ucrania, así como ante las sanciones antirrusas que han perjudicado al sector energético europeo.

Así, en Alemania —la economía del G7 (grupo formado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido) que entró oficialmente en recesión en el primer trimestre de 2023—, los partidos de derechas han visto aumentar su popularidad desde el inicio de la crisis ucraniana. El partido Alternativa para Alemania cuenta actualmente con el 21% de los votos, solo superado por la alianza entre la Unión Demócrata Cristiana y la Unión Social Cristiana, que tiene el 30%, y superando al Partido Socialdemócrata de Alemania, con el 16%. Los Verdes tienen el 14%, el Partido Democrático Libre el 5% y La Izquierda el 4%. El partido Alternativa para Alemania está abiertamente en contra de la guerra indirecta de Occidente en Ucrania.

«Actualmente, estamos sacrificando a la juventud ucraniana en esta guerra idiota: una guerra que podría haberse evitado fácilmente», declaró a finales de octubre a The American Conservative el líder Maximilian Krah, miembro del Parlamento de la UE. En su opinión, el conflicto «tiene que ver con la ambición de Estados Unidos de reaccionar contra Rusia (…) Es una guerra por el orden mundial», afirmó.

Este escepticismo es compartido por el primer ministro conservador húngaro, Viktor Orban, que se opone desde hace tiempo a la militarización de Ucrania y amenazó recientemente con bloquear toda la ayuda de la UE a Kiev a menos que los líderes del bloque revisen toda su estrategia hacia el país.

«El Consejo Europeo debería hacer balance de la aplicación y la eficacia de nuestras políticas actuales hacia Ucrania, incluidos los diversos programas de asistencia», escribió Orban en una carta al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, el 20 de noviembre.

Una encuesta realizada en septiembre por el instituto francés ViaVoice indicó que el partido derechista Rassemblement National de Marine Le Pen también está superando a sus rivales políticos en términos de confianza de los votantes, con un 20% de los encuestados respaldando a los ultraconservadores franceses, un 15% respaldando al partido liberal Renacimiento del presidente Emmanuel Macron, mientras que la coalición de izquierdas NUPES (Nueva Unión Popular Ecologista y Social) y los conservadores Les Républicains obtuvieron un 14% y un 13% respectivamente.

Le Pen ha criticado constantemente a Macron por su belicismo en relación a Ucrania y ha advertido contra un posible conflicto directo con Rusia. Hay que admitir que el sentimiento antibelicista europeo hacia Ucrania no solo está impulsado por la derecha europea. El partido de izquierdas SMER, liderado por el ex primer ministro eslovaco Robert Fico —quien en repetidas ocasiones ha criticado duramente la militarización de Kiev— salió victorioso en las elecciones celebradas en septiembre en el país.

En opinión de Goldman, el ascenso de la derecha se produce en vísperas de las elecciones al Parlamento Europeo de 2024, previstas del 6 al 9 de junio. El tiempo dirá cuál será el equilibrio de poder tras los comicios, pronosticó. «A medida que se desplacen las placas tectónicas de la política europea, no se aplicará ninguna de las viejas palabras mágicas», concluyó el experto.

 

 

 

 

 

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