Los inversores privados y los bancos centrales extranjeros poseen actualmente alrededor del 30 % de la deuda pública estadounidense, en comparación con el 43 % que tenían hace una década.
La demanda extranjera de los títulos de deuda a largo plazo emitidos por el Departamento del Tesoro de EE.UU. registró una disminución significativa a principios de este mes, lo que podría generar problemas para Washington en el financiamiento de su déficit público, informó este viernes The Wall Street Journal.
Actualmente existe una fluctuación en la oferta y la demanda de los bonos del Tesoro estadounidense. Tal escenario se debe a que la Reserva Federal está reduciendo estos activos a un ritmo de 60.000 millones de dólares al mes. Del mismo modo, China y Japón, que anteriormente eran importantes compradores de deuda pública estadounidense, están mostrando menos interés en adquirir dichos títulos.
Sin embargo, se ha observado un incremento en la oferta de bonos, puesto que el Tesoro de EE.UU. ha emitido este año alrededor de dos billones de dólares netos en una nueva deuda. Esta cantidad marcó un máximo histórico, excluyendo la ola de endeudamiento relacionada con la pandemia registrada en 2020.
«Las emisiones estadounidenses han aumentado considerablemente y la demanda extranjera no ha aumentado», indicó Brad Setser, miembro del Consejo de Relaciones Exteriores (organización privada estadounidense), quien recalcó que Pekín y Tokio no figuran como «compradores netos [de deuda pública] en el futuro».
Por su parte, el Comité Asesor de Prestamos del Tesoro señaló que se espera que «la demanda de los bancos y los inversores extranjeros», con respecto a la adquisición de deuda pública estadounidense, «sea más limitada». Según información de la Asociación de la Industria de Valores y Mercados Financieros de EE.UU., la propiedad extranjera de bonos del Tesoro se ha reducido aproximadamente al 30 %, en comparación del 43 % de hace una década.
Los inversores extranjeros se deshacen de sus bonos
Por otro lado, datos publicados este jueves por el Tesoro estadounidense revelaron que los inversores extranjeros vendieron 2.400 millones de dólares netos en bonos a largo plazo emitidos por este organismo, lo que elevó sus ganancias por un monto de 6,5 billones de dólares.
Mientras que las estadísticas del Consejo de Relaciones Exteriores, que rastrea las inversiones durante 12 meses consecutivos, muestran que el ritmo de las compras extranjeras se ha reducido en los últimos meses a alrededor de 300.000 millones de dólares, desde niveles superiores a los 400.000 millones de dólares del año pasado.
En un intento por aumentar la demanda de deuda pública, el Tesoro comenzó a emitir bonos de corto plazo, que son adquiridos en mayor cantidad en un lapso menor de tiempo. Los especialistas señalan que esta medida contribuirá a estabilizar el mercado.
Por último, destacan que un dólar fuerte es la razón por la que muchos bancos centrales, incluidos los de China y Japón, dejaron de comprar bonos del Tesoro. Tales entidades utilizan los dólares que obtienen de la venta de bonos para comprar sus propias divisas, aumentando así su valor.