El Ministerio de Comercio de China anunció revisiones a una lista de productos a granel cuyas importaciones y exportaciones deben informarse para mantener registros estadísticos, y por primera vez se incluyen tierras raras en la lista. Algo que se suma a las restricciones en exportaciones de germanio y galio.
Golpe a la industria tecnológica de Occidente
Esta medida del gigante asiático está en línea con la práctica internacional común y el propósito es garantizar el desarrollo saludable y estable de las tierras raras, que son cruciales para las tecnologías de próxima generación, según analistas que cita el periódico chino The Global Times.
Hay que tener presente que las tierras raras son claves para la producción de radares, cohetes y armas de todo tipo, al margen de pantallas planas, teléfonos inteligentes, o patinetes y coches eléctricos. En este sentido, no hay que perder de vista que anteriormente Pekín ya había anunciado restricciones a la exportación de galio y germanio –metales clave para la fabricación de semiconductores– o de grafito, por motivos de «seguridad nacional».
«Las tierras raras son uno de los instrumentos clave que puede utilizar China contra EEUU y contra Europa. Principalmente contra Europa que no tiene nada», explica el analista internacional Fernando Moragón.
El experto enfatiza que «las tierras raras se utilizan en casi todo, en casi toda la tecnología moderna: ordenadores, [teléfonos] móviles, todo tipo de armamento militar, aviación civil, etc. El resultado de todo esto es que EEUU se da cuenta de que ahí tiene un problema muy grave».
EEUU corriendo por detrás de la información
Para entender un poco más el contexto, hay que tener en cuenta que la denominación ‘tierras raras’ agrupa a 17 elementos de la tabla periódica. Suelen ser ligeras y maleables y tener un elevadísimo punto de fusión. De ahí su utilidad en cazabombarderos furtivos, como el problemático F–35 estadounidense, para el cual Washington tuvo que emitir una dispensa específica, tras enterarse de que sus motores contaban con varios componentes forjados con tierras raras chinas.
Cabe recordar que hasta la década de 1990, California fue el epicentro mundial de las tierras raras gracias a la mina de Mountain Pass. Hoy, China, que contiene un 33% de las reservas mundiales, extrae el 63% y procesa el 85%. Es decir, desde 2018, no sólo es el primer exportador, sino también el primer importador.
«¿Por qué EEUU dejó de ser el principal productor mundial de tierras raras, y pasar a serlo China? Esto no te lo cuentan, claro. Pues porque las tierras raras tienen un problema gordo. Y más que sean raras, que pueden ser relativamente corrientes, suelen estar en minas a cielo abierto, y tanto la extracción, como la separación de las tierras raras es ecológicamente desastrosa. De hecho, supone una contaminación y un gasto energético bruta», advierte el analista.
Asimismo, Moragón sentencia que China ahí [con las tierras raras] «tiene una palanca de presión brutal, o sea, si China corta las tierras raras ahora mismo, el mundo se hunde. Ha sido un error estratégico de EEUU, porque al dejarle todo esto a los chinos, les han dado una fuerza enorme, aparte de que tienen mucho. Pero EEUU lo dejó de hacer justamente porque era muy contaminante, muy caro desde el punto de vista energético, y entonces dijo: ‘lo que hago es [que] a la contaminación se la pasamos a los chinos. Que quede China hecha un desastre y externalizamos la contaminación, esto que lo hagan los chinos y que se fastidien’. Ahora resulta que son absolutamente dependientes de China en esto, como en muchas cosas», señala Moragón.