Un total de seis ciudades han sido atacadas con esas municiones. Un equipo de corresponsales de RT grabó los ataques con las armas prohibidas.
El uso de municiones de fósforo blanco contra el sur del Líbano por parte del Ejército israelí ha sido captado en video por un equipo de corresponsales de guerra de RT.
«Bombardeo israelí con fósforo blanco en el sur del Líbano», escribió este viernes la jefa de RT en árabe, Maya Manna, al compartir las grabaciones en su canal de Telegram. Según precisó, las imágenes «muestran ataques israelíes en las afueras de seis ciudades«.
«El Ejército israelí también bombardea periódicamente la Franja de Gaza con fósforo blanco», manifestó Manna.
No es la primera vez que se acusa a Israel de emplear ese armamento en sus ataques contra Líbano y la Franja de Gaza, a pesar de que el derecho internacional humanitario prohíbe su uso contra zonas pobladas e infraestructuras civiles y sus cercanías.
A principios de noviembre, Amnistía Internacional acusó al país hebreo de haber perpetrado bombardeos con fósforo blanco a lo largo de la frontera sur del Líbano, entre el 10 y el 16 de octubre de 2023. Asimismo, el pasado 13 de octubre, el organismo notificó haber reunido «pruebas convincentes que documentan el uso de proyectiles de artillería de fósforo blanco por parte del Ejército israelí en zonas civiles densamente pobladas de Gaza, muchos de las cuales pueden considerarse ataques indiscriminados ilegales».
¿Qué peligros esconde el fósforo blanco?
El fósforo blanco es una sustancia incendiaria que se utiliza principalmente para crear una densa cortina de humo o marcar objetivos. Cuando se expone al aire, empieza a arder a temperaturas extremadamente altas, e incluso puede continuar quemándose dentro de la carne de seres vivos. Se trata de una sustancia que no se puede eliminar con agua, y «provoca un dolor terrible y lesiones que cambian la vida», explica Amnistía.
El derecho internacional humanitario restringe el uso de fósforo blanco y prohíbe disparar tales municiones contra zonas civiles pobladas, infraestructuras civiles o cerca de ellas, «debido a la alta probabilidad de que los incendios y el humo que provoca se propaguen». «Esos ataques, que no distinguen entre civiles y combatientes y objetivos militares, son indiscriminados y, por tanto, están prohibidos«, precisa el organismo.