Los miembros de la diáspora palestina en EE.UU. demandan a las autoridades gubernamentales por su complicidad en las acciones criminales israelíes.
Ser latino, afrodescendientes, musulmán o palestino equivale a una ciudadanía de segunda clase en Estados Unidos. Y aunque uno mantenga la tan “ansiada doble ciudadanía”, las cosas no son mejores. Tal es el caso de cientos de miles de palestinos con lazos estadounidenses, pero cuyas familias son víctimas del genocidio perpetrado por la entidad sionista.
Laila Haddad es una reconocida personalidad entre la diáspora palestina en EE.UU. No obstante, la familia de Laila ha sufrido la pérdida de numerosos miembros a resultas de las bombas estadounidenses que el terrorismo israelí emplea en contra de los residentes de Gaza.
Laila no está sola. Las historias se cuentan por miles. Este exitoso médico estadounidense de origen palestino también se encuentra en la misma situación.
Por ello, no sorprende que distintos sectores de la diáspora palestina en EE.UU. -así como organizaciones- entablan esfuerzos legales para encausar formalmente al Presidente Joe Biden, al Secretario de Estado Anthony Blinken y al Secretario de Defensa Lloyd Austin por su complicidad y actitud incompetente para prevenir el asesinato de los estadounidenses de origen palestino a manos del ente sionista.