El futuro de la solicitud de Joe Biden, que busca destinar 106.000 millones de dólares de la seguridad nacional a ayudas para Ucrania e Israel, sigue siendo incierto.
El subsecretario de Estado de EE.UU. para Asuntos Europeos y Euroasiáticos, James O’Brien, admitió que el conflicto armado en Ucrania permite reactivar la producción industrial del país norteamericano. Así lo declaró durante una audiencia del Comité de Relaciones Exteriores del Senado sobre la financiación a Ucrania.
«La batalla por Ucrania también nos permite revitalizar nuestra propia base industrial. Estamos creando nuevas tecnologías energéticas y poniéndolas en práctica en todo el mundo. Estamos construyendo nuevas tecnologías de defensa«, afirmó O’Brien.
En comentarios sobre la conveniencia de que Washington siga proporcionando una importante asistencia financiera y militar a Kiev, el diplomático subrayó que «no es el momento adecuado para marcharse, porque Ucrania está ganando«. El funcionario sugirió que los desarrollos militares de Kiev contribuirán a la seguridad de Estados Unidos «a medida que Ucrania se acerque a la OTAN«.
Los pedidos militares para Ucrania han incrementado los ingresos de los principales contratistas de defensa estadounidenses, como Lockheed Martin, General Dynamics, Raytheon Technologies Corporation (RTX) y otros. Así, por ejemplo, la división de sistemas de combate de General Dynamics, que fabrica vehículos blindados, tanques y artillería que utiliza Ucrania, aumentó sus ingresos en casi 25 % en comparación con el mismo periodo del año anterior.
En octubre, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, solicitó al Congreso 106.000 millones de dólares para ayudas a otros países, entre los que se cuentan Israel (14.300 millones) y Ucrania (61.400 millones). Sin embargo, el futuro de esa solicitud sigue siendo incierto, ya que desde el principio ha enfrentado serios obstáculos entre los congresistas de EE.UU., de los cuales un buen número se han pronunciado en contra de seguir proporcionando asistencia financiera a Kiev.