Las partes de cada vehículo aéreo no tripulado se confeccionan en una impresora 3D, y luego se ensamblan a mano para enviarlos a las tropas o para utilizarlos en los entrenamientos.
El Batallón de Voluntarios Sudoplátov, con sede en Melitópol, ha comenzado un taller de producción de drones de ataque, junto con una escuela donde se forman a operadores para que trabajen con estos vehículos aéreos no tripulados, informó el Ministerio de Defensa ruso.
El taller produce cientos de drones kamikaze para el Ejército en una impresora 3D, comunicó el ministerio. Luego, el personal ensambla cada aparato, los equipa con componentes electrónicos y los programa.
La escuela se especializa en drones FPV (First Person View, en español ‘visión en primera persona’), que se distinguen por ser capaces de transmitir el entorno al operador en forma de realidad virtual. La persona que controla un dron FPV siente como si volara junto con el cuadricóptero, aumentando la maniobrabilidad del aparato.
Tanto cadetes novatos como militares con experiencia en combate reciben formación para trabajar con drones. Además de controlarlos, también aprenden a diseñar y programar estos vehículos.