El país norteafricano podría aprobar una ley que criminalizaría cualquier intento de regularizar las relaciones con Tel Aviv.
El presidente de Túnez, Kais Saied, aseveró que la posición de su país contra la normalización de las relaciones con Israel es «irreversible«, y considera que cualquier contacto con Tel Aviv es un «crimen de alta traición contra el pueblo palestino». Sus declaraciones se realizaron en un contexto en que el Parlamento tunecino debate un proyecto de ley que busca criminalizar cualquier intento de regularizar los vínculos con Israel.
«Para mí el término normalización no existe. Pensar en términos de normalización es demostrar derrotismo, y el pensamiento de resistencia se destaca claramente de esto», afirmó este viernes el mandatario tunecino durante un discurso televisado. «No aceptamos negociaciones, licitaciones, presiones o chantajes de ninguna parte, interna o externa», agregó.
No obstante, Saied observó que «evocar esta cuestión ahora no tiene importancia mientras vivimos un momento histórico marcado por la resistencia del pueblo palestino frente a los crímenes más horribles, con una voluntad inquebrantable».
«Es una guerra de liberación y no de criminalización. La Constitución establece las prerrogativas del Parlamento y del presidente de la República. En última instancia, la soberanía pertenece al pueblo tunecino, que quiere liberar toda la Palestina ocupada», afirmó.
El jueves, el presidente del Parlamento, Brahim Bouderbala, decidió aplazar hasta el viernes la sesión plenaria dedicada a la votación del mencionado proyecto de ley. Según los reportes, el funcionario explicó ante los diputados que había tomado esta decisión tras reunirse con el presidente, quien expresó que la legislación va en contra de los intereses de Túnez en el exterior.
¿Qué establece la enmienda?
El proyecto legislativo define la «normalización» como «el reconocimiento de la entidad sionista o el establecimiento de vínculos directos o indirectos» con Tel Aviv. Cualquier persona declarada culpable del «crimen de normalización» se enfrentaría a una pena de entre 6 y 10 años de prisión por «alta traición» y a una condena a cadena perpetua en caso de reincidir.
Asimismo, la enmienda establece para los infractores multas de entre 10.000 y 100.000 dinares tunecinos (entre unos 3.155 y 31.553 dólares).
El documento, que fue redactado y aprobado a finales de octubre por un grupo de representantes que respaldan al presidente Saied, también prohíbe cualquier interacción entre tunecinos e israelíes, incluidos «eventos, manifestaciones, reuniones, exposiciones y competiciones» en cualquier contexto, ya sea «político, económico, científico, cultural, artístico o deportivo» en territorio controlado por el país hebreo.