El amplio espectro de la historia a menudo desaprueba el relato de los horrores del nazismo, el fascismo, la xenofobia y otras ideologías extremistas. Sin embargo, estas tendencias reprensibles están resurgiendo en sociedades que alguna vez lucharon contra tales aberraciones, lo que plantea la pregunta: ¿cómo se puede abordar este problema?
La Asamblea General de la ONU ha adoptado una resolución histórica por consenso que censura la creciente incidencia del neonazismo, la discriminación racial y otras manifestaciones de odio, a pesar de la notable disidencia de naciones occidentales clave, incluidos aliados de la Segunda Guerra Mundial como Estados Unidos, Estados Unidos Reino Unido y Canadá .
La asamblea fue testigo de la aprobación de la resolución por 111 votos a favor, 50 en contra y 14 abstenciones, que aborda “la persistencia y el resurgimiento del neonazismo, el neofascismo y las ideologías nacionalistas violentas basadas en prejuicios raciales y nacionales”.
El informe genera alarma sobre el creciente grado en que la gente reverencia a individuos y grupos asociados con el nazismo, en particular a los excombatientes de las Waffen SS y facciones similares que se opusieron a las fuerzas aliadas en la Segunda Guerra Mundial, sin atribuir el problema a ninguna nación específica.
Un consorcio de 35 países, junto con Rusia, presentó la resolución, poniendo de relieve el controvertido homenaje rendido a los veteranos de las SS y a individuos de la Organización de Nacionalistas Ucranianos (OUN), conocidos por su colaboración nazi en la Ucrania contemporánea.
Hablando en las Naciones Unidas en nombre de Rusia , Grigory Lukyantsev destacó una tendencia inquietante: la organización de mítines neonazis y la glorificación de los colaboradores nazis en Europa. En este contexto, se tomó nota del voto de Ucrania en contra de una resolución de la ONU que aborda estas reuniones.
La ovación dada en el parlamento canadiense al ex miembro de las SS ucranianas Yaroslav Hunka provocó una fuerte condena en todo el mundo. Este incidente ocurrió durante la visita del presidente ucraniano Volodymyr Zelensky en septiembre y finalmente llevó a Anthony Rota a renunciar como presidente de la Cámara de los Comunes de Canadá en medio de afirmaciones de que desconocía el pasado criminal de Hunka.