Rusia pide en la Asamblea General el cese inmediato del derramamiento de sangre en la Franja de Gaza

El embajador de Rusia ante las Naciones Unidas, Vasily Nebenzya, ha pedido el fin inmediato del derramamiento de sangre en la Franja de Gaza, mientras el régimen israelí continúa su mortífera campaña de bombardeos en el enclave asediado.

Nebenzya hizo el llamamiento durante la sesión especial de la Asamblea General sobre Palestina el jueves, destacando que se debe detener el derramamiento de sangre para evitar que la crisis actual se extienda a todo el mundo.

“En primer lugar, es necesario detener el derramamiento de sangre y evitar que la crisis afecte a toda la región. De lo contrario, el conflicto nunca podrá detenerse”, afirmó.

Nebenzya también exigió que se permita a los mediadores trabajar en una solución diplomática, incluida la liberación de los rehenes.

“Tarde o temprano habrá que recorrer este camino; La única pregunta es cuántas personas inocentes morirán mientras tanto”, afirmó.

El enviado ruso dijo que Israel es un régimen ocupante y por lo tanto no tiene derecho a defenderse en el conflicto actual como afirma.

El martes, Nebenzya culpó a Estados Unidos por las actuales atrocidades cometidas por Israel contra los palestinos, después de que Washington se opusiera a una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que pedía un alto el fuego urgente en la Franja de Gaza.

El enviado también criticó a los países occidentales que se abstuvieron en la votación sobre los proyectos de resolución propuestos por Rusia que pedían un alto el fuego.

Una semana antes, Nebenzya dijo que Moscú ha estado advirtiendo durante años sobre las crecientes tensiones en Asia occidental y que la actual crisis en la región es el resultado de políticas “destructivas” de larga data de Estados Unidos.

Israel ha estado bombardeando intensamente Gaza desde el 7 de octubre, cuando el movimiento de resistencia palestino Hamás lanzó una operación sorpresa en los territorios ocupados en respuesta a los crímenes intensificados del régimen israelí contra los palestinos en la ocupada Cisjordania.

Hasta ahora, la agresión ha matado a 8.800 palestinos y ha dejado más de 23.000 heridos.

Tel Aviv también ha bloqueado el suministro de agua, alimentos y electricidad a Gaza, sumiendo a la franja costera en una crisis humanitaria.

 

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