Netanyahu ignoró las advertencias de los servicios de seguridad sobre inminentes ataques de Hamás

Tel Aviv subestimó las capacidades del movimiento palestino, «fracasando totalmente» en sus esfuerzos de recopilación de inteligencia.

Israel subestimó las capacidades del movimiento palestino Hamás, por lo que sus preparativos para el masivo ataque del 7 de octubre pasado contra el país hebreo pasaron desapercibidos durante aproximadamente un año, informó The New York Times (NYT) este domingo.

«La fuerza militar más poderosa de Oriente Medio no sólo subestimó por completo la magnitud del ataque, sino que fracasó totalmente en sus esfuerzos de recopilación de inteligencia, principalmente debido a la arrogancia y a la suposición errónea de que Hamás era una amenaza contenida», señala el artículo.

Ignorancia de las advertencias por parte del Gobierno de Netanyahu

Según las fuentes del periódico, en un momento de julio pasado el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, supuestamente se negó incluso a reunirse con un general de alto rango que estaba tratando de hablarle de la amenaza, con base en información de inteligencia clasificada.

«Funcionarios israelíes de seguridad pasaron meses tratando de advertir a Netanyahu de cómo la agitación política causada por sus políticas internas estaba debilitando la seguridad nacional y envalentonando a los enemigos de Israel», recoge el medio, refiriéndose al hecho de que, desde el inicio de este año, en el país hebreo se registraron protestas masivas contra la reforma del sistema judicial, dirigida a limitar las potestades de esta rama del poder.

Además, se señala que el Gobierno de Netanyahu ignoró también las advertencias de Jordania, en el sentido de que los ataques de las fuerzas del orden israelíes contra los fieles palestinos en la mezquita de Al-Aqsa, en Jerusalén, en esta primavera, tendrían «consecuencias catastróficas». Según dos funcionarios árabes familiarizados con el asunto, «el gobierno más ultraderechista de la historia reciente del país fue el menos receptivo» a las advertencias de que sus acciones contra el tercer lugar más sagrado del islam estaban provocando «dentro de los territorios palestinos sentimientos que podrían convertirse en violencia».

Fracasos de inteligencia y seguridad nacional

Al mismo tiempo, los propios oficiales israelíes de seguridad dejaron pasar por alto «una cascada de fallas en los últimos años, no horas, días o semanas». Entretanto, los integrantes de Hamás habrían recibido «un extenso entrenamiento» para planificar y realizar el ataque, prácticamente sin ser detectados durante al menos un año. «Los combatientes, que estaban organizados por separado en diferentes unidades con objetivos específicos, tenían información meticulosa» sobre las bases militares israelíes y las posiciones de sus fuerzas.

De acuerdo con el medio, el mismo 7 de octubre, los funcionarios de inteligencia y seguridad nacional «observaron durante varias horas una actividad inusualmente alta de Hamás en la Franja de Gaza» para horas de la noche. Se sostiene que en ese momento estaban convencidos de que la organización no estaba interesada en iniciar una guerra, por lo que en principio pensaron que se trataba sólo de un ejercicio nocturno o de un intento de asalto a pequeña escala. «Hasta casi el comienzo del ataque, nadie creía que la situación fuera lo suficientemente grave como para despertar a […] Netanyahu», dice The NYT, citando a tres funcionarios de defensa israelíes.

Además, el medio sugiere que una de las razones por las que Israel no conocía los planes de Hamás es que no escuchaba los comunicadores portátiles de los miembros del movimiento, cosa que la agencia de inteligencia de señales israelí dejó de hacer hace un año tras decidir que se trata de «una pérdida de esfuerzos».

De igual manera, los servicios especiales de EE.UU., el aliado más cercano de Tel Aviv, también han dejado en gran medida de recopilar información de inteligencia sobre Hamás, por considerar al grupo como «una amenaza regional a la que Israel es capaz de hacer frente».

Así, la creencia de las autoridades israelíes de que Hamás no representaba la mayor amenaza para Israel, como podían serlo Irán y la organización chiita Hezbolá, «desvió la atención y los recursos de la lucha» contra el grupo. The NYT llega a la conclusión de que «la arrogancia de los responsables políticos y de seguridad israelíes los convenció de que la superioridad militar y tecnológica del país frente a Hamás mantendría bajo control» al movimiento palestino.

 

Fuente