El Ministerio de Defensa ruso despliega un nuevo lanzallamas de precisión quirúrgica ‘Solntsepyok

MOSCÚ (Sputnik) — Las tripulaciones responsables de operar los sistemas de lanzallamas pesados ​​TOS-1A Solntsepyok dentro de las Fuerzas de Asalto Aéreo implementaron soluciones de software avanzadas para mejorar la precisión de sus disparos, según la cuenta del Ministerio de Defensa ruso en la red social.
«El control y ajuste de los objetivos se realiza mediante cálculos de vehículos aéreos no tripulados, que transmiten los resultados del ataque en tiempo real al puesto de mando», dijo el departamento.
El Ministerio de Defensa también afirmó que las unidades Solntsepyok de la División de Asalto Aéreo de Montaña de la Guardia de Novorossiysk están brindando apoyo a las unidades de asalto aerotransportadas durante las operaciones de defensa activa cerca de Verbovoye en el frente de Zaporozhye .
El comandante de la unidad de lanzallamas, cuyo nombre en clave es «Flame», explicó que su misión era eliminar a la infantería enemiga escondida en los búnkeres. La tripulación rápidamente se colocó en posición y asestó un golpe devastador.
«Después de nuestra operación, el enemigo no tiene ninguna posibilidad de salir ileso de sus refugios», aseguró el comandante.
El TOS-1A Solntsepyok es un sistema de lanzallamas montado en un tanque en servicio con las Tropas de Defensa Radiológica, Química y Biológica de Rusia. Utiliza proyectiles de cohetes no guiados de 220 milímetros con ojivas termobáricas para destruir al personal, el equipo y las fortificaciones del enemigo mediante explosiones volumétricas. El lanzador puede contener hasta 24 proyectiles y cubrir un área de hasta 40.000 metros cuadrados. Una salva completa tarda sólo seis segundos. Tiene un alcance de 400 metros a seis kilómetros y un alcance en carretera de 550 kilómetros. La tripulación está formada por tres personas.
A principios de octubre, un soldado ucraniano capturado cerca de Artemovsk (Bakhmut) describió el Solntsepyok como el arma más aterradora . Si bien admitió que no había experimentado personalmente un ataque TOS-1A, sí había sido testigo de sus consecuencias.