Mahmud Abbás se reunió con el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, este viernes en Amán, la capital de Jordania.
El presidente palestino, Mahmud Abbás, ha advertido de una «catástrofe humanitaria» en la Franja de Gaza como consecuencia del cese de los servicios básicos y de la interrupción del funcionamiento de su única central eléctrica, durante una reunión con el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, celebrada este viernes en Amán (Jordania), informa la Agencia de Noticias de Palestina.
El mandatario afirmó que es necesario detener inmediatamente la «agresión israelí» contra el pueblo palestino, protegerlo y rechazar rotundamente el desplazamiento de la gente que vive en el enclave, porque eso supondría una segunda ‘Nakba’ (término que en árabe significa ‘desastre’ y se utiliza para designar al éxodo palestino tras la creación del Estado de Israel).
También considera imperativo la apertura urgente de corredores humanitarios en ese territorio palestino —que está siendo objeto de un asedio total por parte del país hebreo—, así como proporcionar suministros médicos, agua, electricidad y combustible a su población.
«Terrorismo de los colonialistas»
Por otro lado, hizo un llamamiento a poner fin al «terrorismo de los colonialistas» contra los palestinos que viven en Cisjordania, así como a las «incursiones de los extremistas» en la mezquita de Al Aqsa, en Jerusalén, «que provocan una escalada de la situación».
«Afirmamos la política de la Organización para la Liberación de Palestina, único representante legítimo del pueblo palestino, que rechaza la violencia y se adhiere a la legitimidad internacional, la resistencia popular pacífica y la acción política como vía para alcanzar nuestros objetivos nacionales de libertad e independencia», declaró.
Abbás, que rechazó el asesinato o maltrato de civiles por ambos mandos, subrayó que la seguridad y la paz solo se lograrán concediendo al pueblo palestino sus derechos legítimos, entre los que se incluyen aplicar la solución de los dos Estados.
- El Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás, por su acrónimo en árabe) lanzó el sábado 7 de octubre un ataque a gran escala contra Israel. En respuesta, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, declaró el estado de guerra —por primera vez desde 1973— y comenzó «operaciones militares importantes».