Rusia dice que un reciente reconocimiento por parte del jefe de inteligencia militar de Ucrania sobre el fracaso de Kiev en capturar la planta de energía nuclear de Zaporizhzhia debería convertirse en “una llamada de atención” para las Naciones Unidas.
El jefe de la Dirección Principal de Inteligencia (GUR) del Ministerio de Defensa de Ucrania, Kirill Budanov, admitió anteriormente que las fuerzas especiales de su agencia habían realizado tres intentos de atacar y capturar la central eléctrica más grande de Europa.
Los ataques fueron repelidos por las fuerzas rusas, dijo Budanov.
La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, María Zakharova, dijo el domingo que la declaración de Budanov «debería convertirse en una llamada de atención para la ONU, cuyos representantes han estado diciendo durante todos estos meses que ‘no podían determinar [de qué] dirección venían los ataques a la planta». ].”
El diplomático ruso dijo además que los comentarios de Budanov también deberían despertar «de su letargo hipnótico a las poblaciones de los países de la OTAN que han sido adoctrinadas por los regímenes de la OTAN en el sentido de que supuestamente Rusia ha estado creando amenazas a las instalaciones nucleares y amenazando con el uso de armas nucleares».
Dijo que el Ministerio de Asuntos Exteriores había señalado repetidamente que Ucrania estaba haciendo amenazas al invocar el espectro de que la crucial planta de energía fuera utilizada «como un arma nuclear sucia y chantajeando a los europeos con ella».
Las fuerzas rusas se apoderaron de las instalaciones en el sur de Ucrania poco después de que Moscú lanzara su “operación militar especial” en Ucrania en febrero de 2022.
Desde entonces, la planta ha sido atacada en ocasiones, incluso en agosto de 2022, cuando los bombardeos abrieron agujeros en el techo de una unidad de almacenamiento.
Rusia describió el bombardeo de Kiev a la instalación como “terrorismo nuclear”.
Ucrania acusa a Rusia de almacenar armas pesadas en la planta. Moscú niega la acusación.
La Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) ha estado monitoreando la situación en la instalación desde los primeros días del conflicto.