Al menos 27 personas perdieron la vida como consecuencia de los recientes bombardeos, de acuerdo con fuentes médicas locales.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han atacado más de 500 objetivos estratégicos de «organizaciones terroristas» en la Franja de Gaza durante la noche de este domingo, según un comunicado publicado en su canal de Telegram.
«Cazas y helicópteros, aviación y fuerzas de artillería atacaron durante la noche cientos de objetivos de las organizaciones terroristas Hamás [acrónimo en árabe de Movimiento de Resistencia Islámica] y la Yihad Islámica en la Franja de Gaza», reza el texto, que recoge la declaración de un portavoz de las FDI.
Concretamente, las fuerzas israelíes destruyeron ocho cuarteles operativos, varios edificios —incluido uno que se utilizaba como cuartel general militar y otro que era utilizado por un alto oficial naval—, así como tres túneles en la zona de Bait Hanun.
Asimismo, atacaron dos objetivos de Hamás, uno de ellos situado en el corazón de una mezquita, y una propiedad utilizada por la Yihad Islámica Palestina que se encontraba en un edificio residencial. «Las FDI seguirán atacando con fuerza en la Franja de Gaza y causando daños fatales a las organizaciones terroristas», concluye.
Al menos 27 personas perdieron la vida como consecuencia de los recientes bombardeos, de acuerdo con fuentes médicas locales.
Según reportan medios locales, desde el inicio de las hostilidades las FDI han llevado a cabo un total de 1.149 ataques aéreos contra Gaza.
Posteriormente, las FF.AA. de Israel informaron de que, según sus cálculos, han abatido a más de 400 «terroristas» en la Franja de Gaza y a cientos de ellos en Israel, añadiendo que han capturado a decenas de combatientes en el territorio del país hebreo.
Además, indican que decenas de miles de soldados israelíes «continúan limpiando de terroristas el área que rodea Gaza», detallando que siguen realizando «búsquedas exhaustivas».
Crónica de una guerra
Este 7 de octubre, las Brigadas al-Qassam, el ala militar de Hamás, declararon el inicio de una operación contra Israel denominada ‘Inundación de Al-Aqsa’, infiltrándose en el territorio israelí por tierra, mar y aire, y lanzando miles de cohetes contra las comunidades hebreas, con varias ciudades fronterizas en el sur del país convirtiéndose en escenario de enfrentamientos armados.
Un día después, la Oficina del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, aprobó el estado de guerra por primera vez desde 1973 e informó del inicio de «operaciones militares importantes». El mandatario prometió utilizar «todo el poder» de las FDI para destruir las capacidades de Hamás y convertir Gaza en «una ciudad en ruinas».
Hasta la fecha, al menos 700 israelíes y 465 palestinos han muerto, mientras que la cifra de heridos entre ambos bandos ya se sitúa en más de 4.000. Asimismo, decenas de ciudadanos israelíes, incluidos civiles, siguen como rehenes en la Franja de Gaza.