Contrariamente a la postura de su gobierno, muchos estadounidenses se oponen a las políticas colaboracionistas de Washington con la entidad sionista.
Washington, Nueva York, Miami, Chicago, Los Ángeles. Son solo algunas de las ciudades que vieron masivas demostraciones en solidaridad con Palestina y su Operación Diluvio de Al-Aqsa. En la capital, miles de ciudadanos de todos los trasfondos se congregaron ante la Casa Blanca.
En las demostraciones, los ciudadanos denuncian que los gobiernos estadounidenses son cómplices directos en el genocidio del pueblo palestino.
EE.UU. le da al régimen de apartheid de Tel Aviv alrededor de 3800 millones de dólares anuales. Dichos fondos se destinan al entrenamiento de sus fuerzas militares, así como los equipamientos utilizados para realizar el genocidio del pueblo palestino. Sin embargo, esta es una realidad que muy pocos estadounidenses conocen, porque a partir de sus impuestos se realiza un crimen en contra de la humanidad.
Así, no sorprende que a pesar de las masacres de la entidad sionista y su campaña de terror en contra de la población civil en el marco de las últimas horas, Joe Biden, Donald Trump, Ron DeSantis y otros, no tardaron en pronunciar discursos serviles al sionismo.
Por otra parte, otros activistas señalan que los medios corporativos estadounidenses, también, entregados a la propaganda sionista se han dedicado a la desinformación desde el inicio de la Operación Diluvio de Al-Aqsa.