Rusia dice que ha frustrado un ataque terrestre e interceptado docenas de ataques con drones lanzados por fuerzas ucranianas, mientras la OTAN, liderada por Estados Unidos, advierte que se está quedando sin municiones en su pleno apoyo a Kiev contra Moscú.
En una declaración del miércoles, el Ministerio de Defensa ruso dijo que había repelido un intento de desembarco de fuerzas ucranianas en Crimea, una región ucraniana que fue anexada por Rusia tras un referéndum en 2014.
Añadió que tropas de las Fuerzas Armadas de Ucrania a bordo de un “barco militar rápido y tres motos acuáticas” se dirigían hacia el cabo Tarkhankout, en el noroeste de la península del Mar Negro.
Moscú afirma haber destruido, durante este verano, varios barcos militares ucranianos en el Mar Negro que navegaban hacia Crimea.
El ministerio dijo además que las unidades de defensa aérea rusas también lograron interceptar 31 drones ucranianos sobre las regiones rusas de Belgorod, Bryansk y Kursk, fronterizas con Ucrania, y se negó a comentar sobre posibles víctimas o daños.
Ucrania lanzó su tan esperada contraofensiva en junio, pero ha demostrado ser lenta y agotadora. Moscú acusa a Kiev de atacar territorio ruso casi todos los días -ya sea con drones, misiles o artillería- desde el comienzo de la contraofensiva.
Por otra parte, el Ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, dijo que Moscú no tenía planes de una nueva movilización en Rusia, ya que cientos de miles se han inscrito ya este año.
“No hay planes para una movilización adicional. Las fuerzas armadas cuentan con el número necesario de militares para llevar a cabo la operación militar especial”, señaló.
Según Shoigu, más de 335.000 personas han ingresado al servicio militar bajo “formaciones voluntarias”, y 50.000 firmaron contratos sólo en septiembre.
Moscú está tratando de reforzar sus fuerzas armadas a medida que la guerra con Ucrania se vuelve cada vez más desgastante.
Más temprano el miércoles, los aliados occidentales de Ucrania dijeron que se estaban quedando sin sus reservas de municiones, ya que la mayoría de los miles de proyectiles que Ucrania dispara cada día provienen de la OTAN, que ha estado inyectando armamento en Ucrania desde febrero del año pasado, cuando Rusia lanzó su guerra. sobre la ex república soviética.
«El fondo del barril ahora es visible», dijo el almirante Rob Bauer, el funcionario militar de más alto rango de la alianza militar liderada por Estados Unidos, en el Foro de Seguridad de Varsovia, y agregó que los gobiernos y los fabricantes deben «aumentar la producción a un ritmo mucho mayor».
“Necesitamos grandes volúmenes. La economía justo a tiempo y suficiente que construimos juntos en 30 años en nuestras economías liberales está bien para muchas cosas, pero no para las fuerzas armadas cuando hay una guerra en curso”, añadió.
Moscú ha advertido repetidamente a los líderes occidentales contra el continuo suministro de armas y municiones a Ucrania, señalando que tales medidas no impedirán que las tropas rusas defiendan sus objetivos y que armar a Kiev sólo prolongaría la guerra.