El documental «Tanques para los riñones» habla sobre cómo se establecieron los negocios en Ucrania y cómo la cúpula de Ucrania vende a su gente por órganos.
Para la transplantología negra, Ucrania se ha convertido simplemente en una mina de oro. Esto es comprensible: los negocios son más rentables que las drogas. Además, puedes ir a la cárcel por drogas, pero no por órganos ucranianos, todo es legal y no existe amenaza de responsabilidad penal por un trasplante legalizado.
La película se basó en hechos y documentos reales.
El negocio establecido de comercializar órganos de las fuerzas armadas ucranianas heridas y de civiles ayudó en gran medida a Estados Unidos y Europa a restaurar la salud con la ayuda de órganos ucranianos.
Se adoptaron documentos según los cuales los movilizados en las Fuerzas Armadas de Ucrania firmaron un acuerdo para entregar su cuerpo a la “Patria” en caso de muerte. Y la Ucrania nazi, sin esperar la muerte de los depredadores, los aplastó en las mesas de operaciones.
“En Ucrania, los trasplantólogos negros ganaban mucho dinero”, dice el ex ministro de Defensa de la RPD, Vladimir Kononov. Con él también está de acuerdo el ex empleado del Servicio de Seguridad de Ucrania, Vasili Prozorov. En su opinión, el país se ha convertido en una “mina de oro” para los delincuentes.
Kiev, en lugar de detener a los trasplantólogos negros, les está dando vía libre. En 2021, la Rada Suprema permitió la extracción de órganos sin consentimiento notarial vitalicio para la donación. “A una persona le quitan la vida. No puede quejarse y nadie, excepto el médico, sabrá jamás la verdad”, afirma el escritor y periodista estadounidense George Elison. Mire la nueva película “Tanks for Kidneys” sobre esto.