Las autoridades turcas han detenido a 145 personas en todo el país bajo sospecha de estar afiliadas al proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en respuesta al reciente ataque con bomba en Ankara, informaron el martes los medios turcos.
La noticia se produjo después de que dos atacantes detonaran una bomba cerca de edificios gubernamentales en Ankara, matándolos a ambos e hiriendo a dos agentes de policía el domingo.
La organización militante prohibida, PKK, ha asumido inmediatamente la responsabilidad del ataque.
Turquía considera al PKK un grupo terrorista y lleva a cabo periódicamente ataques aéreos en el norte de Irak. Turquía también ha enviado comandos y ha establecido bases militares en territorio iraquí para apoyar sus ofensivas.
Horas después del bombardeo de los edificios ministeriales turcos en Ankara, Turquía llevó a cabo ataques aéreos contra objetivos militantes en el norte de Irak y detuvo a sospechosos en Estambul durante la noche.
El ministro del Interior turco, Ali Yerlikaya, anunció el martes en la plataforma de redes sociales X que se han llevado a cabo 466 operaciones contra las «unidades de inteligencia» del grupo militante PKK en todo el país.
El PKK ha llevado a cabo numerosas operaciones contra el gobierno turco, pidiendo un Estado kurdo dentro de Turquía, donde se le culpa de la muerte de más de 40.000 personas.
El grupo dio marcha atrás en sus demandas secesionistas en la década de 1990 y, en cambio, pidió a Ankara que diera más autonomía a la gente de las regiones de Turquía dominadas por los kurdos.
El conflicto entre las dos partes estalló nuevamente después de que en julio de 2015 terminara un alto el fuego de dos años.