El presidente serbio sostiene que la reciente escalada empezó con la llegada al poder del primer ministro kosovar, Albin Kurti, cuyo gobierno lleva a cabo «la persecución de los serbios», mientras Occidente mira para otro lado.
El presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, en una entrevista con la cadena local Happy TV, ha afirmado que tiene parte de culpa por el reciente enfrentamiento en el pueblo de Banjska (región serbia de Kosovo) porque confiaba en la palabra de la Unión Europea y EE.UU. de cumplir con un acuerdo conjunto, firmado por las partes hace un año.
«La raíz del problema es el régimen de Kurti, pero yo también tengo la culpa», manifestó Vucic. «Las raíces de todo esto están alrededor de hace un año», ha agregado. En noviembre pasado, los serbios levantaron barricadas en el norte de la región, después de que Pristina exigiera que se reemplazaran las matrículas (placas o patentes) de autos expedidas por Belgrado.
«Desde que Kurti llegó al poder, comenzó la persecución de los serbios. Cuando dicen que no es así, mienten»
El presidente serbio ha indicado que «el 11% de los serbios se ha ido desde que Kurti llegó al poder. Fingen no verlo, esperando que Kosovo se quede sin serbios».
Tratos no cumplidos
Tras una escalada en la región en noviembre del 2022, las partes llegaron a un acuerdo, que contó con el apoyo de Occidente. «Durante 15 días tuvimos conversaciones difíciles con todos y elaboramos un documento que fue aceptado tanto por la UE como por EE.UU. El plan era liberar a todos los que estaban en las barricadas y no arrestar a los serbios», recuerda Vucic.
«Es mi culpa porque creí que cumplirían con lo que firmaron«, ha aseverado el presidente serbio, al añadir que, si no les hubiera creído entonces, «volvería a poner a Serbia en una situación difícil». Además, Vucic ha subrayado que los países occidentales «cada vez se ponen del lado de Kurti».
En vísperas del tiroteo en Banjska, el líder serbio, durante el último período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, acusó a los países occidentales de violar la Carta de la ONU y las resoluciones de la organización sobre el conflicto en Kosovo. Además, destacó la duplicidad de los países occidentales, que desde la tribuna de la ONU subrayan su compromiso con el principio de la integridad territorial y soberanía de los Estados, al mismo tiempo que reconocen la independencia de Kosovo.