El supuesto despliegue de fuerzas serbias,. según EE.UU., en la frontera con Kosovo incluye artillería, tanques y tropas, aunque el presidente serbio Aleksandar Vucic rechazó esa versión.
Estados Unidos (EE.UU.) y Serbia mantienen una fuerte diferencia sobre los recientes acontecimientos en Kosovo, luego que el presidente Aleksandar Vucic acusó a Washington de decir «falsedades», y negar que haya puesto a las tropas en máximo estado de alerta.
Vucic afirmó que «no ha firmado» una orden para el «máximo nivel de preparación para el combate» de las fuerzas serbias, y añadió: «No tenemos ni la mitad de las tropas que teníamos hace dos o tres meses» en la zona próxima a la frontera con Kosovo.
El Gobierno de Estados Unidos, por medio del portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby apeló a su par de Serbia para que retire sus tropas desplegadas en la frontera con Kosovo, luego del presunto ataque de grupo armado serbokosovar contra un monasterio ortodoxo en Banjsk,
El vocero John Kirby indicó en una rueda de prensa que el despliegue «sin precedentes» incluye artillería, tanques y tropas, aunque todavía no ha dado detalles sobre el motivo por el que las autoridades serbias han acumulado personal y material militar en la frontera, pero denunció que «el ciclo de violencia esporádica» en la región «ha empeorado».
Asimismo, el funcionario apuntó que el ataque contra el monasterio ortodoxo parece estar coordinado, por lo que es poco probable que haya sido llevado a cabo por un grupo armado pequeño y aislado. «Todos los que estuvieron involucrados en la realización de este ataque deben ser llevados ante la justicia», sentenció.
Por su parte, el presidente serbio, Aleksandar Vucic, quien sostuvo conversaciones con el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, negó la naturaleza agresiva del supuesto despliegue.
«Negué las mentiras sobre la preparación para el combate de nuestras fuerzas, porque simplemente no he aprobado eso», aseveró.
El presunto ataque serbokosovar contra un monasterio ortodoxo en Banjska que se saldó con un policía kosovar muerto supuso una nueva ola de tensiones entre Belgrado y Pristina y dentro de la OTAN ven con preocupación el aumento de la violencia después de que la fuerza multinacional de seguridad, KFOR, fuera objeto de un ataque el pasado mayo.
La organización atlántica aprovechó este viernes para recalcar la necesidad de que las partes distiendan su posición en el norte de Kosovo. En este sentido, llamó tanto a Serbia como a Kosovo a comprometerse con el diálogo arbitrado por la UE, mientras se refuerza la KFOR ante el repunte de la violencia.