Naciones Unidas, 19 sep (Prensa Latina) El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, denunció hoy aquí que, para vencer la desigualdad, falta voluntad política de quienes gobiernan el mundo, en el discurso de apertura de la Asamblea General de Naciones Unidas.
«La desigualdad debe inspirar indignación. Indignación con el hambre, la pobreza, la guerra, la falta de respeto al ser humano», afirmó Lula en el comienzo de los debates del 78 período de sesiones del órgano deliberativo de la ONU, en Nueva York.
Recalcó que solo «movidos por la fuerza de la indignación podremos actuar con voluntad y determinación para vencer la desigualdad y transformar efectivamente el mundo a nuestro alrededor».
Invitó a la ONU a cumplir su papel de constructora de un mundo más justo, solidario y fraterno, y solo «lo hará si sus miembros tienen el valor de proclamar su indignación con la desigualdad y trabajar incansablemente para superarla».
El exsindicalista recordó que hace 20 años ocupó esta tribuna por primera vez y «vuelvo hoy para decir que mantengo mi inquebrantable confianza en la humanidad».
Refirió que, en aquella época, el mundo aún no se había dado cuenta de la gravedad de la crisis climática, pero actualmente «llama a nuestras puertas, destruye nuestras casas, nuestras ciudades, nuestros países, mata e impone pérdidas y sufrimientos a nuestros hermanos, sobre todo a los más pobres».
Alertó que el hambre afecta a 735 millones de seres humanos que «dormirán esta noche sin saber si tendrán algo de comer mañana».
Para Lula, la acción colectiva más amplia y ambiciosa de la ONU hacia el desarrollo, la Agenda 2030, puede convertirse en su mayor fracaso.
Manifestó que la mayoría de los objetivos de desarrollo sostenible van a un ritmo lento. «En estos siete años que nos quedan, la reducción de las desigualdades dentro de los países y entre ellos debería convertirse en el objetivo-síntesis de la Agenda 2030».
Aseguró que su país está comprometido con implementar los 17 objetivos de desarrollo sostenible de manera integrada e indivisible.
«Queremos alcanzar la igualdad racial en la sociedad brasileña por medio de un decimoctavo objetivo que adoptaremos voluntariamente», adelantó.
En otra parte de su alocución, Lula ratificó que Brasil seguirá denunciando medidas adoptadas sin amparo en la Carta de la ONU, como el bloqueo económico y financiero impuesto a Cuba y el intento de clasificar a ese país como Estado patrocinador del terrorismo.
«Seguiremos siendo críticos en todo intento de dividir el mundo en zonas de influencia y de reeditar la Guerra Fría», apuntó.
Consideró que el Consejo de Seguridad de la ONU está perdiendo progresivamente su credibilidad y «esta fragilidad deriva en particular de la acción de sus miembros permanentes, que libran guerras no autorizadas en busca de expansión territorial o de cambio de régimen».