Pyongyang, 18 sep (Prensa Latina) La visita oficial a Rusia del líder de la República Popular Democrática de Corea, Kim Jong-Un, fue resumida así por la agencia estatal de noticias KCNA: las relaciones RPDC-Rusia viven un periodo de prosperidad.
El pasado domingo el secretario general del Partido del Trabajo y presidente de Asuntos Estales de la nación asiática concluyó una estancia de seis días en Rusia (del 12 al 17) por invitación del presidente Vladímir Putin, con quien sostuvo conversaciones y departió en más de una ocasión.
En el primer encuentro entre ambos (en el cosmódromo de Vostochni, en el Lejano Oriente ruso), Kim aseveró que Pyongyang siempre estará al lado de Moscú “en la lucha contra el imperialismo”.
Subrayó, además, que su visita ocurría en un “momento especial” y resaltó que los lazos con la nación euroasiática tienen un carácter estratégico y son “la principal prioridad” de su país.
En un posterior almuerzo en honor a su huésped, Putin aseveró que ambos países se esfuerzan por “fortalecer los lazos de camaradería y buena vecindad en aras de la paz, la estabilidad y la prosperidad” en la región.
Medios rusos y de la RPDC hicieron notan la buena química existente entre los dos mandatarios y el cordial ambiente imperante en los diálogos entre las respectivas delegaciones, así como en los recorridos del también Comandante Supremo del Ejército Popular de la RPDC por fábricas de armamentos y enclaves militares.
Entre esos lugares figuraron un cosmódromo (el de Vostochni, donde se interesó particularmente por la lanzadera espacial Angará), varias plantas de ensamblaje de aviones militares y civiles, y un buque de guerra de la Flota rusa del océano Pacífico.
Posteriormente estuvo en plantas de aviación ubicadas en la ciudad de Komsomolsk del Amur, donde recorrió los talleres de ensamblaje de cazas Su-35 (uno de ellos realizó un vuelo demostrativo) y Su-57 de quinta generación.
También en la zona visitó el centro de ingeniería y los talleres de la fábrica Gagarin, así como las instalaciones del centro de producción de la división civil de la constructora Yakovlev.
Kim dijo haber quedado profundamente impresionado por la modernidad y el avance vertiginoso de la industria aeronáutica rusa.
El pasado sábado, acompañado por Serguéi Shoigú, ministro de Defensa de Rusia, estuvo en el aeródromo Knevichi, de la ciudad de Vladivostok.
Allí inspeccionó un bombardero portamisiles supersónico Tu-160, un bombardero turbohélice Tu-95MS y un avión supersónico portamisiles Tu-22M3, los que constituyen el núcleo aéreo de las fuerzas estratégicas nucleares del país.
Asimismo, examinó un misil hipersónico Kinzhal, sin análogos en el mundo, instalado en un caza interceptor MiG-31, así como un avión de asalto Su-25SM3 y el de largo alcance Tu-214.
También el sábado, en Vladivostok, el máximo dirigente de la RPDC revistó la fragata Marshal Shaposhnikov, construida a mediados de los años 80, y se interesó por las prestaciones de los misiles antibuques Uran, los misiles de crucero Kalibr, y una pieza de artillería automática A-190 de calibre 100 mm. Igualmente, por los nuevos equipos de navegación del sistema de posicionamiento ruso Glonass, que permiten a las fragatas cumplir misiones en aguas de cualquier lugar del mundo.
De hecho, los contactos entre Kim y Shoigu fueron una continuación de los que sostuvieron en julio pasado, cuando el alto jefe militar ruso visitó Pyongyang en ocasión del 70 aniversario de la independencia de la RPDC.
Según señaló entonces KCNA, ambos hablaron sobre la situación en sus países y regiones y consideraron las posibilidades de estrechar la cooperación entre ambas Fuerzas Armadas.
Durante la visita de Kim, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, apuntó que los lazos entre ambos países abarcan la cooperación en ámbitos sensibles, incluido el militar, pero aclaró que Moscú y Pyongyang no firmaron acuerdos en ese ámbito ni habían planeado que fuera así.
Así lo reafirmó Putin en una reunión con su par belaruso, Alexander Lukashenko, cuando afirmó que Moscú no violará ninguna de las sanciones impuestas por la ONU a la RPDC, pero sí buscará oportunidades de desarrollar las relaciones entre ambos países.
Por demás, no todas las actividades cumplidas por Kim tuvieron un sesgo militar, pues también participó en actividades culturales. Por ejemplo, el sábado en el teatro Mariinski de Vladivostok, disfrutó del ballet La bella durmiente.
El domingo visitó la Universidad Federal del Lejano Oriente, donde admiró un acelerador de radiación fotónica, que permitirá realizar estudios para elaborar fármacos de alta eficiencia y nuevos materiales, así como estudiar procesos químicos y físicos complejos.
En Vladivostok, en el Oceanario de Primorie, presenció igualmente un espectáculo de mamíferos marinos y, según Rusia Today, quedó impresionado por el show de una morsa llamada Misha, que lo saludó agitando una de sus aletas.
Fue esa la última actividad cumplida por Kim en la Federación de Rusia antes de abordar el tren blindado en el que regresó a la RPDC, tras abrir un nuevo período en las relaciones entre los dos países.