El primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, ha advertido este martes de no que permitirán la entrada de grano ucraniano pese a las decisiones que se tomen desde Bruselas sobre esta cuestión. «No abriremos nuestras fronteras», ha zanjado.
«Polonia no permitirá que nos inunden con cereales ucranianos», ha anunciado Morawiecki, en vísperas de que las actuales restricciones de la Unión Europea para importar trigo, maíz, colza y girasol expiren este viernes.
Ante la tensión que esto ha generado en la buena relación entre Varsovia y Kiev, reforzada tras la invasión de Ucrania, Morawiecki ha argumentado que por encima de todo están los intereses de la población polaca, al mismo tiempo que ha recordado que su país ha sido el principal centro de acogida de refugiados ucranianos.
Por su parte, el ministro de Agricultura, Robert Telus, ha dicho que Polonia no cerrará el tráfico a través de su territorio del grano ucraniano a otros mercados europeos y a terceros países, en particular los de África. A su vez, confía en que la UE permita una nueva prórroga y no tener que actuar unilateralmente.
«Estamos convencidos de que la UE permitirá una prórroga», ha manifestado Telus en declaraciones para la radio polaca. «Ayudaremos al tránsito de cereales ucranianos hacia países donde hay escasez, pero no queremos que vayan a Polonia. Sabemos las turbulencias que esto ha causado en el mercado», ha justificado.
Sin embargo, ha advertido de que de no ser así, actuarán con «contundencia» porque está en juego «los interés de los agricultores polacos».
La Comisión Europea prohibió la importación de trigo, maíz, colza y girasol de Ucrania a Bulgaria, Hungría, Polonia, Eslovaquia y Rumanía después de que alertaran de los problemas que esta medida podría tener para su sector interno. El 5 de junio se prorrogó el veta hasta este 15 de septiembre de 2023, pero quieren extenderlo hasta finales de año, e incluso ampliarlo a otros productos.