La Comisión Europea ha revisado a la baja sus previsiones económicas, advirtiendo de que los precios obstinadamente altos de bienes y servicios están «pasando una factura más elevada de lo esperado».
La economía de la UE «sigue creciendo, aunque con menor impulso», según las previsiones económicas publicada este lunes por la mañana por la Comisión Europea.
Se prevé que la Unión Europea en su conjunto crezca un modesto 0,8% este año, ligeramente por debajo del 1% previsto en primavera, y un 1,4% en 2024. La eurozona registrará tasas igualmente a la baja: 0,8% en 2023 (frente al 1,1% de la estimación anterior) y 1,3% en 2024.
Alemania, la gran potencia industrial del bloque, experimentará un retroceso del -0,4% este año, un dato preocupante que repercutirá en sus vecinos. Polonia, por ejemplo, crecerá sólo un 0,5% en 2023, tras haber registrado una tasa del 5,1% en 2022.
La inflación entre los países que utilizan la moneda única se espera que alcance el 5,6% en 2023 y el 2,9% en 2024, una cifra aún lejos del objetivo del 2% anual que el Banco Central Europeo intenta alcanzar subiendo los tipos de interés. El banco celebrará una nueva reunión el jueves para decidir la que podría ser su décima subida desde julio de 2022.
El endurecimiento de las condiciones monetarias impuesto por el BCE es una de las muchas razones que explican la pérdida generalizada de impulso en la economía de la UE.
El informe señala como posibles causas el debilitamiento del consumo, la ralentización de las provisiones de crédito y la atonía de la producción industrial, junto con la incertidumbre desatada por la guerra de Rusia contra Ucrania y los daños causados por las catástrofes naturales, entre ellas las inundaciones extremas y los incendios forestales registrados este verano.
La Comisión Europea ha subrayado hasta qué punto los altos precios han calado en todos los sectores de la economía, mucho más allá de la energía, que fue el motor inicial de la inflación récord del año pasado, pero que desde entonces ha retrocedido.
«El endurecimiento monetario podría pesar sobre la actividad económica más de lo previsto, pero también podría dar lugar a un descenso más rápido de la inflación que aceleraría el restablecimiento de los ingresos reales», ha señalado el informe.
«Por el contrario, las presiones sobre los precios podrían resultar más persistentes, provocando una respuesta más contundente de la política monetaria».
Como noticia positiva, el mercado laboral de la UE sigue siendo «excepcionalmente fuerte», con una tasa de desempleo del 5,9% en junio y un aumento continuado de los salarios.