Según se informa, el crecimiento de los beneficios empresariales ha superado los aumentos salariales
La inflación continúa haciendo estragos en Europa occidental, con precios mensuales al consumidor aumentando más del 14% en el Reino Unido y más del 10% en Alemania, según un informe de Nikkei. Algunos minoristas han estado subiendo los precios desproporcionadamente con sus costes subyacentes, afirmó.
Aproximadamente el 50% de los aumentos de precios en la región se debieron a que las empresas locales trasladaron los mayores costos a los consumidores, estimó el medio. El consumo se ha desplomado en toda la región a medida que los aumentos de precios han superado el crecimiento de los salarios.
Nikkei citó un análisis de los resultados anuales de 70 empresas europeas minoristas y manufactureras de alimentos realizado por la consultora de gestión Oliver Wyman, que supuestamente encontró que el EBITDA absoluto (ganancias antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización) aumentó un 11% en los minoristas de alimentos y un 12% en fabricantes en 2022, en comparación con el año anterior. Ese crecimiento fue impulsado principalmente por mayores ingresos.
«Las empresas del sector alimentario vieron el contexto inflacionario como una oportunidad para revisar su gestión de precios», afirmó Rainer Muench, socio de Oliver Wyman.
Según datos del FMI, citados por Nikkei, el crecimiento de los beneficios empresariales representó el 45% de la inflación en Europa el año pasado, cifra superior al 40% atribuido al mayor coste de las importaciones. Según se informa, una encuesta de hogares realizada por la Comisión Europea encontró que la tasa de inflación percibida durante el año pasado aumentó al 26% entre las familias de bajos ingresos, la más alta en 20 años.
A principios de este año, el gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, acusó a los minoristas nacionales de impulsar la «avaricia», afirmando que ciertas empresas estaban «cobrando de más a los clientes» mientras millones de familias luchan por llegar a fin de mes. El Banco de Inglaterra también ha advertido que los hogares y las empresas británicas deben aceptar que están en peor situación y deberían dejar de pedir aumentos salariales y de hacer subir los precios.