El embajador armenio, Vagharshak Arutiunián, fue convocado a la Cancillería rusa tras la detención del bloguero Mika Badalián y el columnista de Sputnik Ashot Guevorkián, informaron desde el organismo. Además, Moscú expresa preocupación por las maniobras conjuntas armenio-estadounidenses y la visita de la esposa del primer ministro a Kiev.
«El embajador armenio en Moscú, Vagharshak Arutiunián, fue convocado al Ministerio de Asuntos Exteriores ruso y se le hizo una dura representación», declararon en un comunicado publicado en su página web.
Agregaron que se entregó una nota de protesta en la que se señalaba lo inaceptable de las declaraciones insultantes del presidente de la Asamblea Nacional de la República de Armenia, Alen Simonián, la representante oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, María Zajárova, y al Ministerio de Asuntos Exteriores ruso en su conjunto.
«Moscú asume firmemente que Rusia y Armenia siguen siendo aliados, y todos los acuerdos sobre el desarrollo y el fortalecimiento de las relaciones de asociación se aplicarán plenamente en beneficio de los pueblos de nuestros dos países», subrayaron.
Dese la Cancillería expresaron preocupación también por la detención en Armenia, el 7 de septiembre, del bloguero Mika Badalián y del columnista de la radio Sputnik Ashot Guevorkián.
Poco antes, la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova, declaró que la detención del columnista de Sputnik, Ashot Guevorkián, favorece a las fuerzas que pretenden «sembrar el miedo y la desconfianza entre Rusia y Armenia».
El 7 de septiembre, el bloguero prorruso Mika Badalián y el columnista de la radio Sputnik Armenia Ashot Guevorkián fueron detenidos en la ciudad armenia de Goris con relación al «tráfico ilegal de armas de fuego», afirmaron desde el Comité de Investigación armenio. La abogada del periodista Liana Grigorián aseguró que Guevorkián no está implicado en esas actividades.
El grupo mediático Rossiya Segodnya, la casa matriz de Sputnik, informó que sigue de cerca la situación. Asimismo, expresó la esperanza de que «se respeten todas las normas procesales, la objetividad e imparcialidad de la investigación».