En el continente y más allá, el costo de enfrentar a Rusia está pasando factura
Las sanciones están haciendo daño, pero tal vez sea en Europa y no en Rusia –que parece tener una capacidad casi ilimitada de sufrir– donde los efectos económicos y políticos perturbadores son más destructivos.
Sin duda fue una sorpresa para Vladimir Putin cuando las naciones occidentales se unieron en un frente unido para imponer un paquete de sanciones tan draconiano a Rusia por su invasión ilegal de Ucrania. Nunca antes se había hecho nada parecido.
El líder ruso había contado con dividir y vencerás; Había calculado que muchas partes de la UE serían incapaces de tolerar el daño económico que supondría aislarse del petróleo y el gas rusos y, por tanto, no podrían hacer que esa política prosperara.
Al mismo tiempo, sin embargo, Rusia ha mostrado un sorprendente grado de resiliencia; Las sanciones no han funcionado para quebrar la determinación rusa. Sin embargo, ciertamente han causado un gran daño a Europa.
Con otro invierno acercándose y los precios de la energía subiendo nuevamente, las grietas comienzan a aparecer una vez más. En Alemania, existe una creciente preocupación por el daño que el conflicto está causando al modelo económico del país, alguna vez bien aceitado, en parte dependiente del suministro de energía rusa barata.