Este inspector independiente «podría realizar investigaciones civiles y criminales para determinar qué parte de la ayuda estadounidense a Ucrania se gasta adecuadamente, cuánto se pierde debido a la corrupción y quién se beneficia. Podría recomendar el procesamiento de los perpetradores», estima la publicación.
«Los demócratas del Senado ciertamente se opondrán y harán todo lo posible para acabar con cualquier esfuerzo de este tipo. Temen lo que encontraría un nuevo inspector general al examinar la posible corrupción en Ucrania, tanto pasada como presente», vaticina el diario.
«En enero de 2018, Biden se jactó, en video, de que, como vicepresidente, había amenazado al entonces mandatario ucraniano, Petro Poroshenko, con retener 1.000 millones de dólares en préstamos si Shokin no era despedido. Biden continuó alardeando de que la amenaza funcionó», señalan, afirmando que hay una creciente montaña de pruebas que sugiere que ambos Biden fueron sobornados por la empresa ucraniana para frenar la investigación en curso, algo que finalmente conseguirían.
«Zlochevski presuntamente tiene 17 grabaciones de conversaciones telefónicas con los Biden, en al menos dos de las cuales participó Joe Biden. El nuevo inspector general podría obtener esas grabaciones y cualquier otra evidencia de corrupción (pasada y presente) que nuestra ayuda de 77.000 millones de dólares a Ucrania ha financiado. Es posible que el inspector general descubra que algunos de esos fondos se han desviado para proporcionar sobornos al presidente, a su hijo Hunter o a la red de empresas que enturbian los negocios de Hunter», adiverte la nota.