Después de perder el liderazgo en las exportaciones de soja y trigo, Estados Unidos sufrió una nueva derrota al verse adelantado por Brasil en el mercado mundial del maíz, y expertos creen que el país sudamericano no se verá superado por el gigante norteamericano en un futuro próximo.
Brasil sobrepasó a Estados Unidos como mayor exportador mundial de maíz en el año agrícola 2023, que finalizó en agosto, el hecho fue confirmado por el propio Departamento de Agricultura estadounidense (USDA).
Ahora todo indica que la pérdida del dominio estadounidense en las exportaciones de este cereal no se invertirá, lo que supone un nuevo fracaso para la agricultura de ese país, que en las últimas décadas ya ha cedido el primer puesto en exportaciones de soja y trigo a Brasil y Rusia, respectivamente.
Los recientes datos muestran que EEUU representa solo un tercio de las exportaciones mundiales de soja, muy por debajo del nivel de Brasil. En el mercado del trigo, el antiguo líder, Estados Unidos, ocupa ahora el quinto lugar en la clasificación mundial, según informa Bloomberg.
El año 2022, Brasil acaparó el 32% de las exportaciones mundiales de maíz, mientras que los Estados Unidos, que tradicionalmente ha sido el líder global en este segmento, solo se hizo con el 23% del mercado. Las fuentes estadounidenses muestran también que el país lusófono exportó 56 millones de toneladas de maíz, mientras que los norteamericanos solamente vendieron 41,2 millones de toneladas
Según el director general de la Asociación Nacional de Exportadores de Cereales de Brasil (ANEC), Sergio Mendes, su país tiene potencial para seguir siendo líder en los próximos años.
«No veo obstáculos para que sigamos siendo líderes, a menos que ocurra algún evento climático inesperado (…) La tendencia futura de la cosecha brasileña de maíz es de crecimiento», comentó Mendes a Sputnik.
De acuerdo con el experto, el maíz ha sido incorporado por los productores de soja como un cultivo intermedio para la soja, empleado en contraestación.
«Los productores buscaban el producto ideal para plantar durante la contraestación de la soja, utilizando el mismo suelo. Y el maíz ha demostrado ser el cultivo idóneo. Esta es quizá la razón principal por la que este cultivo ha alcanzado la posición en la que se encuentra hoy», explicó Mendes.
A su vez, José Carlos de Lima Júnior, socio director de la consultoría brasileña Markestrat Group, especializada en estrategia de agronegocios, también señaló el mayor uso de las tecnologías en el cultivo de maíz brasileño.
«Antes, no teníamos este nivel de aplicación de técnicas por hectárea en el maíz. Hoy en día, los productores se han dado cuenta de que este producto puede ser mucho más que un cultivo para reponer el suelo y, de hecho, aportar ingresos reales. Por eso han empezado a invertir en el área tecnológica, especialmente en materia de semillas», precisó.
Competición con Estados Unidos
EEUU ha sido el primer exportador mundial de maíz durante décadas. Históricamente, los brasileños solo habían superado a los norteamericanos en este cultivo una vez, en 2013. Uno de los obstáculos para las exportaciones estadounidenses es que Washington necesita, ante todo, garantizar el abastecimiento de su mercado nacional.
«El mercado interno brasileño no es tan relevante como el estadounidense, por lo que nuestra producción puede destinarse en gran medida a la exportación. Esto da seguridad al importador de que el suministro de maíz de nuestro país está garantizado», destacó Sergio Mendes.
Además, Estados Unidos tuvo dificultades debido a la inestabilidad de los precios de los fertilizantes nitrogenados, que Washington importa principalmente de Canadá, necesarios para el cultivo del maíz.
«El productor norteamericano tuvo que tomar una decisión de cosecha al mismo tiempo que se encarecía la producción de nitrógeno y los precios eran inestables, lo que le llevó a reducir la superficie plantada de maíz y aumentar la de soja», enfatizó Lima Júnior.
El factor China
La guerra comercial contra China también puede haber tenido un impacto negativo en las exportaciones de maíz estadounidense.
«El enfrentamiento comercial entre Washington y Pekín persiste hasta hoy, ya que incluso con la entrada de Biden se mantuvieron las directrices proteccionistas. La consecuencia fue que EEUU acabó exportando menos y Brasil se quedó con una parte del mercado que antes pertenecía a los estadounidenses», profundizó Lima Júnior.
A pesar de los tropiezos en la gestión interna de Estados Unidos, la demanda china del grano es sin duda un factor determinante para saber quién será el principal exportador mundial de maíz. China apostó por Brasil como proveedor de maíz alternativo a EEUU cuando firmó un acuerdo bilateral en 2022 para garantizar un aumento del comercio mutuo de grano.
La consecuencia fue un aumento significativo de las exportaciones brasileñas de maíz a China. Mientras que en julio de 2022 China no había importado ni una sola tonelada de maíz desde Brasil, en el mismo mes de 2023 Pekín fue el principal comprador, adquiriendo 902.000 toneladas.
En opinión de Lima Júnior, aunque China se consolida como el principal comprador de la agroindustria brasileña, eso no perjudica a los productores.
«No veo ningún problema en que Brasil tenga un principal socio comercial. El problema sería no abrir otros frentes de negocios, con otros países, solamente porque tenemos un socio clave en la mano», aseguró el experto, agregando que «Pekín sabe lo que quiere de Brasilia, pero Brasilia no sabe lo que quiere de Pekín».
A corto y mediano plazo, sin embargo, el papel de China seguirá siendo fundamental para el maíz producido en Brasil. Si antes la demanda china de este cultivo era abastecida principalmente por Washington, Brasilia y Buenos Aires, con el mal resultado de la producción argentina, las exportaciones al país asiático entre 2022 y 2023 terminaron siendo prácticamente dominadas por los agricultores brasileños.
El director general de la ANEC, Sergio Mendes, aunque reconoció que el éxito de Brasil en parte se debía a los fracasos de los principales competidores del país, atribuyó el buen rendimiento de la cosecha de maíz a la planificación nacional.
«Nuestra recolección de maíz ha sido muy buena. Este crecimiento fue un proyecto bien sostenido y planificado a lo largo de los años. No necesitamos la desventura de otros para crecer, que quede claro», concluyó.