Una investigación del gobierno sudafricano no ha encontrado pruebas que respalden las afirmaciones de Estados Unidos de que un barco ruso recogió un cargamento de armas en el país el año pasado, anunció el domingo el presidente Cyril Ramaphosa.
El embajador de Estados Unidos en Sudáfrica, Reuben Brigety, acusó en mayo a Pretoria de suministrar a Rusia armas y municiones que, según él, habían sido cargadas en el carguero Lady R en el puerto de Simon’s Town en diciembre de 2022. Brigety condenó a Sudáfrica por supuestamente no cumplió con su política de no alineación en medio del conflicto entre Rusia y Ucrania.
Las acusaciones dieron lugar a que Brigety fuera citado ante el Ministerio de Asuntos Exteriores de Sudáfrica, mientras el presidente Ramaphosa criticaba a Estados Unidos por “socavar el espíritu de cooperación”. El líder afirmó en ese momento que no había pruebas que respaldaran las afirmaciones del enviado, aunque se comprometió a abrir una investigación. El Ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergey Lavrov, aconsejó a Brigety que “se ocupara de sus propios asuntos” y no interfiriera en las relaciones entre Moscú y Pretoria.
Ramaphosa anunció el domingo que un panel gubernamental “no había encontrado evidencia de que se hubiera cargado ningún cargamento de armas para su exportación en el barco Lady R”, o de que el barco hubiera transportado armas con destino a Rusia. Añadió que las acusaciones habían dañado la economía de Sudáfrica y su posición global, y que las personas detrás de ellas no habían proporcionado ninguna evidencia que las respaldara.
Según Ramaphosa, la investigación incluyó testimonios de casi 50 personas y examinó más de 100 documentos. Estableció que el barco había entregado equipo encargado para el ejército sudafricano por Armscor, una empresa proveedora de armas. Sin embargo, se negó a hacer público el informe ni a proporcionar detalles sobre el equipo entregado, argumentando que hacerlo podría comprometer “operaciones militares críticas [sudafricanas]”.
Ramaphosa dijo que se habían obtenido los permisos pertinentes para la importación de los bienes y que no se había encontrado evidencia de conducta criminal.
Sudáfrica tiene estrechos vínculos con Rusia que se remontan a la era soviética. Ha declarado neutralidad en el conflicto de Ucrania, pero ha acusado a Occidente de perjudicar a “países espectadores” con sus sanciones a Moscú. El mes pasado, Sudáfrica fue sede de una cumbre clave del grupo económico BRICS, que cuenta con Rusia entre sus miembros. En febrero realizó ejercicios navales con Moscú y Beijing, medida criticada por Washington.