Níger es uno de los países más pobres del mundo, extremadamente vulnerable al cambio climático. La población ya ha pasado muchas necesidades estos años», ha recordado Turk, en un nuevo aviso a la junta militar que ahora gobierna el país y que, por ahora, no ha dado muestras de renunciar al poder en favor del diálogo.
Ya antes de esta crisis, casi la mitad de la población vivía en la extrema pobreza —con menos de 2,15 dólares al día— y más de tres millones de personas encaraban la temporada de lluvias con graves necesidades alimentarias, según estadísticas recogidas por diversas agencias de la ONU.
«Ahora, las personas a las que eligieron para emprender un camino para acabar con su miseria han sido apartados por la fuerza y en contra del orden constitucional, detenidos por los líderes golpistas», ha señalado Turk, que ha reclamado que al menos la ayuda humanitaria pueda seguir llegando sin trabas a toda la población.
El Alto Comisionado ha cuestionado además la amenaza de procesar por alta traición a Bazoum y otros colaboradores del mandatario depuesto, ya que no sólo considera que implica señalar por motivos políticos a un líder «elegido democráticamente» sino que «no tiene base legal».
«Los generales no pueden ponerse para desafiar a su antojo la voluntad de la gente. Gobernar a punta de pistola no tiene cabida en el mundo de hoy», ha lamentado. «La mera idea de las libertades está en juego en Níger», ha advertido Turk.