El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha declarado una emergencia nacional por el posible uso de la Inteligencia Artificial (IA), de semiconductores y de la computación cuántica por parte de China para amenazar la seguridad nacional del país, por lo que ha anunciado restricciones e incluso prohibiciones de transacciones con este tipo de empresas.
«Creo que los países en cuestión (refiriéndose a China) están involucrados en una amplia y larga estrategia que dirige, facilita o apoya avances en tecnologías sensibles y productos que son críticos para las capacidades militares, de inteligencia, de vigilancia o cibernéticas del resto de países», ha expresado el mandatario en un comunicado de la Casa Blanca.
«Es más, estos países eliminan las barreras entre los sectores civil y comercial con los sectores de defensa industrial y militar, no solo a través de la investigación y el desarrollo, sino mediante la adquisición y el desvío de las tecnologías de vanguardia del mundo con el fin de lograr el dominio militar», ha añadido Biden.
En ese sentido, ha explicado que el «rápido avance» en materia de semiconductores, microelectrónica, IA y tecnologías de información cuántica permiten a China mejorar su habilidad para «amenazar» la seguridad nacional de Estados Unidos, pues permitirían la creación de nuevas y sofisticadas armas para destruir los códigos criptográficos y otro tipo de aplicaciones que le darían una ventaja militar, y cuyo desarrollo consiguen explotar gracias a ciertas inversiones estadounidenses.
Es por ello por lo que ha anunciado serias restricciones al comercio y a las inversiones en China o relacionadas con sus empresas que desarrollen las mencionadas tecnologías, regulaciones que pasarán por hacer las transacciones notificables o incluso prohibirlas.
La secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, deberá comentar las medidas con el Congreso, con el Departamento de Comercio, el de Estado, de Energía o con los servicios de Inteligencia para hacer concretar dichas regulaciones, que deberán presentarse el próximo año.
China, por su parte, ha expresado su «insatisfacción» con las restricciones anunciadas por Biden, a las que ha calificado de «coerción económica» y «acoso tecnológico».
«Bajo el pretexto de la seguridad nacional, Estados Unidos restringe la inversión de las empresas estadounidenses en China y se dedica a la panseguridad y la panpolitización. Su verdadero propósito es privar a China de su derecho al desarrollo y salvaguardar su propia hegemonía e interés propio», ha asegurado un portavoz del Ministerio de Exteriores chino en una rueda de prensa.
«Esto es pura coerción económica y acoso tecnológico. La medida de EEUU ha violado gravemente los principios de la economía de mercado y la competencia leal, ha perturbado gravemente el orden económico y comercial internacional, ha perturbado gravemente la estabilidad de las cadenas industriales y de suministro mundiales y ha dañado gravemente los intereses de China, EEUU y las empresas del mundo», ha añadido el portavoz.
Además, China ha instado a Estados Unidos a dejar de politizar e instrumentalizar los problemas económicos, y a revocar «inmediatamente» estas decisiones «equivocadas», pues ha opinado que la cooperación económica y comercial entre ambos países es beneficiosa para los dos.
Las relaciones entre Washington y Pekín se han visto deterioradas en los últimos meses debido a los roces comerciales y alianzas internacionales que los separan, y acabaron por descarrilar primero en agosto del año pasado, con la visita a Taiwán de la entonces presidenta de la cámara baja del Congreso de EEUU, Nancy Pelosi, y en febrero de este año con el derribo por parte del Ejército estadounidense de un presunto globo espía chino —sonda meteorológica, según Pekín—.