A pesar de ser un cancerígeno potencial, el aspartamo aún es seguro para consumir en pequeñas dosis, concluyó la Organización Mundial de la Salud.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha clasificado el aspartamo como “posiblemente cancerígeno para los humanos”, pero dictaminó que pequeñas cantidades son seguras para el consumo. Un edulcorante químico que se encuentra más comúnmente en los refrescos de dieta, el aspartamo se ha relacionado con una letanía de problemas de salud.
En un informe publicado el viernes, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés) encontró “evidencia limitada” que vincula al aspartamo con el carcinoma hepatocelular, una forma de cáncer de hígado. La IARC, un organismo de la OMS, llegó a su conclusión después de examinar tres estudios humanos a gran escala en los EE. UU. y Europa.
Con base en estos hallazgos, la OMS enumeró el aspartame como una sustancia del Grupo 2B, el tercero más alto de cuatro niveles de ingredientes potencialmente cancerígenos.
Sin embargo, la organización no llegó a cambiar sus pautas existentes para la ingesta diaria y recomendó que las personas consuman menos de 40 mg de aspartamo por kilogramo de peso corporal por día. Con una lata de refresco de dieta que normalmente contiene de 200 mg a 300 mg de aspartamo, un adulto que pese 70 kg necesitaría beber entre nueve y 14 latas por día para superar este límite.
Las evaluaciones del aspartame han indicado que, si bien la seguridad no es una preocupación importante en las dosis que se usan comúnmente, se han descrito efectos potenciales que necesitan ser investigados por más y mejores estudios”, dijo el Dr. Francesco Branca, director de la OMS . Departamento de Nutrición y Seguridad Alimentaria, dijo en un comunicado.
El aspartamo se encuentra en una amplia gama de productos, como refrescos dietéticos, goma de mascar, dulces, yogur bajo en calorías y cereales para el desayuno. También se vende como edulcorante bajo las marcas NutraSweet, Candarel y Equal.
El aspartamo fue aprobado para su uso como edulcorante en los EE. UU. en 1974, y Coca-Cola comenzó a agregarlo a Diet Coke en la década de 1980. La aprobación de la UE siguió en 1994, pero desde entonces múltiples estudios han relacionado la sustancia con una serie de problemas de salud, incluidos cáncer de hígado y pulmón, daño cerebral, demencia y convulsiones. Sin embargo, los reguladores de ambos lados del Atlántico no han podido encontrar evidencia suficiente para ajustar sus pautas de consumo.
La OMS y la IARC “continuarán monitoreando nueva evidencia y alentarán a grupos de investigación independientes a desarrollar más estudios sobre la posible asociación entre la exposición al aspartame y los efectos en la salud del consumidor”, concluyó el informe de la OMS.