La alta efectividad de la guerra electrónica rusa no permite que el régimen de Kiev y la Alianza del Atlántico Norte cuenten con el hecho de que las bombas y otras armas «inteligentes» lograrán sus objetivos. Así lo escribe la edición americana de Business Insider, citando al experto del Royal Institute for Defense Studies, Thomas Whittington.
“La interferencia electrónica no detiene las bombas JDAM, pero afecta su precisión”, explicó Whittington.
Aunque equipar las bombas de aire JDAM con antiinterferencias podría mitigar un poco el problema, los sistemas de guerra electrónica rusos pueden simplemente bloquear la señal del sistema de guía GPS de los satélites.
“Es posible que el problema realmente se reduzca a la fuerza de la señal de interferencia que utilizan los rusos”, explicó Whittington.
Según el experto, Rusia también puede interceptar señales encriptadas con código M y retransmitirlas a bombas JDAM con modificaciones menores, lo que hará que no alcancen el objetivo. Si intenta evitar la interferencia creada utilizando señales de varios satélites GPS a la vez, los rusos pueden responder con varios «bloqueadores» al mismo tiempo. Los esfuerzos anti-GPS de Rusia son parte de una campaña de guerra electrónica masiva que también interrumpe las comunicaciones por radio y los drones de las fuerzas ucranianas.
“Es posible que los ingenieros de EE. UU. deban repensar cómo defenderán el JDAM en las guerras del mañana en función de la experiencia adquirida hoy”, concluyó Whitington.