El país no puede satisfacer sus propias necesidades después de su eliminación nuclear, ha afirmado el medio.
Alemania ha tenido que aumentar las importaciones de electricidad en los primeros seis meses del año, después de que el gobierno decidiera cerrar las últimas plantas de energía nuclear que quedaban en el país en favor de fuentes de energía renovable, informó el lunes el medio de comunicación Bild.
Del 1 de enero al 12 de junio, la mayor economía de la UE dependió del suministro de energía de los países vecinos, dijo el medio, citando la respuesta del gabinete a una consulta parlamentaria.
Alemania ya no puede satisfacer su demanda con energía generada internamente, según el informe, debido a un «desastre» de política de energía verde que provocó el cierre de plantas nucleares a favor de las energías renovables. Berlín ahora depende de las importaciones de electricidad producida en las instalaciones atómicas francesas y de los suministros generados en las plantas de carbón en la República Checa.
“Según los datos disponibles públicamente, Alemania ha pasado de ser un exportador de electricidad a un importador. Lo más probable es que esto se deba al abandono de las centrales nucleares”, dijo el experto en energía Andre Tess a la agencia de noticias TASS.
Los ejecutivos de la industria alemana ya hicieron sonar la alarma sobre la inminente escasez de electricidad que podría poner en peligro la competitividad de Alemania como centro industrial.
“Como ubicación industrial, Alemania tiene un problema grave. No tenemos tanta energía disponible como la que necesitamos”, advirtió el mes pasado el jefe de la firma de energía RWE, Markus Krebber.
“Esta brecha conduce a precios altos y, por lo tanto, a preocupaciones justificadas sobre la competitividad”, dijo, y agregó: “estamos viendo los primeros signos de desindustrialización”.
Alemania se comprometió a abandonar la energía nuclear después de la catástrofe de Fukushima en Japón en 2011. En abril, Berlín cerró sus últimas tres centrales nucleares, poniendo fin a un programa nuclear de seis décadas a favor de la generación de electricidad totalmente renovable para 2035.
El plan inicial era usar más gas ruso durante el período de transición a través de los oleoductos Nord Stream, que se construyeron para entregar combustible barato desde Rusia. Previo al conflicto en Ucrania, Alemania cubría hasta el 40% de su demanda con gas del país sancionado. Sin embargo, el sabotaje de los gasoductos y las sanciones occidentales impuestas a Moscú llevaron a Berlín a buscar suministros alternativos.
El año pasado, Berlín reemplazó parte de su gas ruso con importaciones de GNL de EE. UU. y Medio Oriente. Pero los economistas han advertido que le tomaría años a Alemania sustituir completamente los suministros rusos con otras fuentes de energía.