«Que se escuchen las dos partes»: Latinoamérica no cede ante la presión europea de apoyar a Zelenski

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, no participará en la cumbre conjunta de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Unión Europea (UE) debido a que varios países latinoamericanos rechazaron esa opción. Con ello, queda clara la postura de la región: neutralidad y paz negociada.

A unas semanas de realizarse la Cumbre UE-Celac, el presidente de Ucrania reveló que algunas naciones de América Latina, sin precisar cuáles, se opusieron a que participara en dicho evento, al cual fue invitado por el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez.
El mandatario español cree que este foro multilateral hubiera sido una buena oportunidad para que la región comprendiera la versión ucraniana del conflicto y, con ello, se siguiera brindando respaldo financiero, humanitario y militar a Kiev desde Occidente, algo que solo ha contribuido a agravar el conflicto, sobre todo por el envío de armamento al régimen de Zelenski, según ha denunciado el Gobierno ruso en varias ocasiones.
En este contexto complejo en el que Occidente se empeña en difundir narrativas que solo apelen a las razones ucranianas, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) adoptó una postura esperada, acorde al posicionamiento de neutralidad de la mayoría de los países de esta zona del mundo, quienes apuestan por mantener su relación tanto con Rusia como con la Unión Europea (UE), alejados de un apoyo explícito a Ucrania, explican analistas a Sputnik.
La experta en geopolítica Ana Luisa Trujillo considera que América Latina es «una región que se ha caracterizado por buscar la neutralidad», y esta vez no fue la excepción «pese a la presión de los países europeos».
Por ello, el rechazo a la presencia de Zelenski en la Cumbre UE-Celac marca una pauta para Latinoamérica, pues una vez más, de manera conjunta, queda claro que «no hay interés [de la región] en tomar posición por el conflicto». Del mismo modo, observa la experta, los países latinoamericanos tampoco se han sumado a las sanciones occidentales contra Moscú.
La neutralidad, explica la académica, no implica que Latinoamérica «no esté a favor de la paz o de la búsqueda de un acuerdo paz». Al contrario: desea que esto suceda, pero «desde un posicionamiento menos ventajoso hacia Ucrania» porque «quiere que se escuchen a las dos partes».
Muestra de ello, apunta, son los planes de paz que han propuesto mandatarios como el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y el de México, Andrés Manuel López Obrador.

«Creo que sí hay una intención de la región de hablar de la paz en Ucrania, pero desde una perspectiva más neutral, donde la dos partes estén negociando», asevera la doctora en Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

La experta también observa que los vínculos económicos que Moscú tiene con varios países de la región latinoamericana es clave para entender el rechazo de la Celac.
Como botón de muestra de lo anterior está el convenio firmado por Bolivia y Rusia —a través de las empresas estatales YLP y Uranium One Group— para la extracción y producción de carbonato de litio en Potosí.

Respaldo a Rusia

La analista internacional de la Universidad Finis Terrae (Chile), Ana Vanessa Cárdenas, considera que, con esta decisión, la Celac reitera que «es un bloque de unidad cuyo común denominador es el ideológico» y que se alinea a los intereses de los Gobiernos de izquierda de la región, como Brasil o México, países que se han negado a adoptar una postura antirrusa.
En este sentido, la especialista considera que el rechazo de algunos países latinoamericanos a la presencia de Zelenski exhibe «el desprendimiento y la independencia» que impulsa el bloque para alejarse de las posiciones hegemónicas de Estados Unidos. Además, dice, la Celac busca diferenciarse de organismos como la Organización de Estados Americanos (OEA), que históricamente obedece a los intereses estadounidenses.

«Por primera vez, se toma parte activa [en el conflicto]. Más allá de lo que antes eran las declaraciones tibias o las evasiones de varios países, esto se ve como un acto ejecutorio de política exterior a favor de Rusia», opina la también doctorante en Relaciones Internacionales y Seguridad Nacional por la UNAM.

Sobre este punto, Cárdenas Zansatta cree que «para las naciones de izquierda latinoamericana todavía hay un tema simbólico de no ponerse en contra de Rusia, de esta gran potencia», algo que no es un secreto para Europa.
La negativa a invitar a Zelenski también se produce en un contexto en el que los países que integran el Mercosur presionan para concretar un acuerdo comercial con la UE, varado desde 2019, y el cual se espera sea uno de los temas de la Cumbre Celac-UE, a realizarse los próximos 17 y 18 de julio.
Sin embargo, es poco probable que se vea afectada la relación económica entre Bruselas y América Latina por la decisión de la Celac, señala la académica.
«La Unión Europea tiene claro que aquellos países que pudieron haber vetado la participación de Ucrania lo hacen por un tema simbólico y que, gran parte de ellos, al momento de tener que establecer convenios y acuerdos con la Unión Europea, no tiene ningún efecto», concluye.