Afirmó que sus llamados a la protesta, al igual que los realizados por el también ex jefe de Gobierno Ehud Barak o el exviceministro Yair Golan, no contienen incitación ni amenaza.
Son los miembros de este gabinete los que hablan en términos radicales e intentan que seamos vistos como traidores por la opinión pública, subrayó.
Los intentos de cambiar la ley para permitir “al payaso de Tik Tok Ben Gvir” decidir sobre las detenciones administrativas a su discreción es el colmo de la amenaza a la democracia y por tanto intolerable, alertó.
En diciembre último, Barak denunció que este nuevo gobierno de Benjamin Netanyahu, el más derechista en la historia del país, muestra signos de fascismo y tiene entre sus miembros a racistas mesiánicos.
La reforma propuesta restringiría la capacidad del Supremo para rechazar leyes, al permitirle a la Knesset (Parlamento) volver a legislar normativas impugnadas por ese órgano.
El plan, además, permitiría al Gobierno ultraderechista controlar el nombramiento de los magistrados de todos los órganos de justicia del país, al modificar el comité que selecciona a los jueces.
Desde principios de año diversos sectores, desde médicos, universidades hasta sindicatos y reservistas, realizan protestas masivas en diversos puntos de la geografía nacional para denunciar la iniciativa, defendida por la derecha.
Ante la ola de críticas, Netanyahu congeló el proyecto para entablar un diálogo con la oposición, pero ante la falta de acuerdos volvió a su idea inicial.