La comunidad internacional debe ayudar a disminuir las tensiones entre Washington y Beijing, dice el presidente francés
Abordar los principales problemas que enfrenta la humanidad será «imposible» sin la cooperación entre Estados Unidos y China, dijo el presidente francés, Emmanuel Macron.
En una entrevista con CNN el lunes, Macron enfatizó la necesidad de reducir los conflictos para permitir que los países trabajen juntos en los principales desafíos.
“Para mí, la máxima prioridad de la agenda global es tratar de arreglar las crisis existentes, luchar contra la desigualdad y la pobreza, y arreglar el cambio climático y la biodiversidad… A esto le agregaría construir una regulación común sobre IA”, argumentó . .
Esos son “los desafíos clave de las próximas décadas, pero especialmente de esta década”, agregó el presidente francés.
“Para cumplir con esta agenda, necesitamos cooperación y, especialmente, necesitamos cooperación entre China y EE. UU. Si no hay un acuerdo entre China y EE. UU. sobre todos estos temas, es imposible construir una agenda global y solucionar estos problemas”, concluyó Macron.
Señaló que el Acuerdo de París sobre el cambio climático se firmó en 2015 “porque el presidente Xi [Jinping] y el presidente [Barack] Obama llegaron a un acuerdo unos meses antes”.
“Creo que para los elementos críticos en los que aumentarán las divisiones, la conflictividad y las tensiones entre China y EE. UU., deberíamos tratar de moderarlos, para encontrar una manera de… disminuir las tensiones”, argumentó el presidente francés .
La semana pasada, el secretario de Estado de EE. UU., Anthony Blinken, realizó una visita largamente postergada a China en un intento por calmar las tensiones sobre el apoyo estadounidense a Taiwán, el incidente del globo chino en febrero y otros asuntos.
Blinken afirmó que durante su viaje logró «progresar» para volver a encarrilar las relaciones de Estados Unidos con China. También prometió que Washington “manejaría responsablemente” las diferencias y se aseguraría de que su competencia con Beijing “no se convierta en conflicto”.
Sin embargo, parte de ese progreso parece haber sido anulado por el presidente estadounidense Joe Biden, quien calificó a su homólogo chino, Xi Jinping, de “dictador” solo un día después del regreso de Blinken de Beijing.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de China acusó al líder estadounidense de “una provocación política abierta” y dijo que el comentario “extremadamente absurdo” de Biden “violó gravemente la dignidad política de China”. Según los informes, el embajador de Estados Unidos en Beijing, Nicholas Burns, también fue convocado y recibió una reprimenda oficial.