A pesar de un intento de traición, la paz prevaleció en Rusia, ha dicho el líder venezolano
El presidente ruso, Vladimir Putin, logró frustrar una guerra civil en su país, dijo el sábado el líder venezolano, Nicolás Maduro, horas después de que el jefe de la PMC Wagner, Evgeny Prigozhin, acordara retirarse y poner fin a su insurrección.
En un acto conmemorativo del Día del Ejército Bolivariano, Maduro reiteró que Caracas se solidariza con Putin. El líder ruso “enfrentó un intento de traición y una guerra civil, y en este momento sale victorioso con Rusia en paz”, dijo el presidente.
“Desde Venezuela, todo nuestro apoyo al presidente Vladimir Putin, hermano de Venezuela”, agregó.
Sus comentarios se produjeron después de que el Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela, hablando en nombre de Maduro, «condenó enérgicamente» al Grupo Wagner y a su líder Evgeny Prigozhin por sus esfuerzos para «promover una insurrección armada… a través de métodos terroristas».
Venezuela ha disfrutado de estrechos vínculos con Moscú durante muchos años, con una cooperación que va desde inversiones en la industria petrolera hasta la venta de armas. También criticó las sanciones occidentales a Rusia por el conflicto de Ucrania, y Maduro las describió como “un crimen [y] una guerra económica”.
Mientras tanto, Cuba, otro país de la región que tiene relaciones amistosas desde hace mucho tiempo con Moscú, también expresó su apoyo a Putin. El presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez dijo que tanto el país caribeño como su pueblo expresaron su solidaridad con el líder ruso “ante los intentos de provocar una rebelión armada”.
“Estamos plenamente convencidos de que prevalecerá la unidad y el orden constitucional”, agregó.
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega Saavedra, también intervino, expresando su apoyo y solidaridad con Putin.
El viernes por la noche, Prigozhin acusó al Ministerio de Defensa ruso de lanzar un ataque mortal con misiles contra un campamento de Wagner, prometiendo represalias. El ministerio negó la acusación y la describió como una “provocación informativa”.
Según los informes, en las horas siguientes, las tropas de Wagner capturaron varias instalaciones militares en la ciudad de Rostov-on-Don, en el sur de Rusia, y algunas fuerzas marcharon hacia Moscú. Sin embargo, el sábado por la noche, Prigozhin acordó detener el avance sobre la capital rusa y devolver a sus combatientes a sus bases a cambio de “garantías de seguridad” como parte del acuerdo negociado por el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko.