Venezuela busca abrir con Rusia una ruta marítima directa con San Petersburgo


Venezuela busca profundizar la cooperación con Rusia, abriendo una línea marítima entre las ciudades de Caracas y San Petersburgo.

“En el sector naviero estamos fortaleciendo cada día nuestras relaciones, porque la idea es establecer la comunicación entre los puertos de San Petersburgo y Caracas, de la misma manera que lo hicimos en el ámbito de transporte aéreo entre Moscú y Caracas”, según ha afirmado el ministro de Transporte venezolano, Ramón Celestino, durante el reciente Foro Económico Internacional celebrado en San Petersburgo.

A su juicio, esta medida sería beneficiosa tanto para el transporte de pasajeros como para el de carga. “Haremos todo lo que nos permita garantizar el intercambio comercial entre Rusia y Venezuela”, ha precisado el ministro venezolano.

El jefe de la Cámara de Comercio Ruso-Venezolana, Román Frolenko, había anunciado el pasado abril que en “un futuro cercano” se establecería un corredor marítimo directo entre ambos países.

El viaje entre San Petersburgo y Puerto Cabello tardaría unos 19 días. Para todo tipo de mercancías, esta ruta es muy favorable, adujo Frolenko, para luego resaltar la capacidad del puerto venezolano. “Es muy grande e interesante, porque hay una terminal de granos para 250 000 toneladas con posibilidad de ampliarla”, destacó.

Entretanto, la aerolínea rusa Aeroflot y la estatal venezolana Conviasa firmaron la semana pasada un memorando de entendimiento al margen de la tercera jornada del XXVI Foro Económico Internacional (SPIEF) con el objetivo de la extensión de servicios aéreos entre Rusia, Venezuela y Cuba.

En virtud del pacto, el 18 de junio Conviasa comenzó vuelos regulares en la ruta Caracas-La Habana-Moscú, mientras que, a partir del 1 de julio, Aeroflot iniciará vuelos regulares a la ciudad cubana de Varadero.

La puesta en marcha de las líneas de transporte marítimo y aéreo entre Venezuela y países como Rusia e Irán se realiza en momentos que la alianza entre estos países se consolidan cada día más y constituye un desafío para las potencias occidentales que mediante las medidas restrictivas buscan obstaculizar desarrollo de estas naciones.

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