El fenómeno meteorológico se formó en el océano Atlántico durante esta semana y desde la noche del jueves ha sido el responsable de fuertes lluvias ininterrumpidas y vientos en el litoral de la región sur y sudeste del país, donde ya hay 2.330 personas sin hogar y 602 desplazados por las inundaciones y los daños materiales.
El municipio de Caraá es uno de los más afectados. De acuerdo con el gobernador de Rio Grande do Sul, Eduardo Leite, «el escenario es de devastación». «Nuestra prioridad en este momento es encontrar a los desaparecidos y rescatar a las personas que puedan seguir aisladas por las inundaciones», señaló.
Leite, quien visitó algunas de las áreas más afectadas en esta jornada, anunció que se destinarán 1,1 millones de reales (unos 230.000 dólares) a los municipios más afectados para minimizar los impactos del ciclón. «Evaluaremos los daños en puentes, carreteras y casas para poder trabajar en la restauración», dijo.
El Instituto Nacional de Meteorología de Brasil había advertido el miércoles de que los volúmenes de lluvia podían superar los 100 milímetros en 24 horas, especialmente en localidades a lo largo de la costa de la región, y causar «muchos impactos, como inundaciones y deslizamientos de tierra».
De acuerdo con el diario Folha de Sao Paulo, en algunos sectores la cantidad de lluvia superó en casi el doble la previsión para este mes. Tal fue el caso del municipio de Maquiné, en la costa norte del estado, donde las precipitaciones alcanzaron los 290 milímetros. Mientras tanto, en Novo Hamburgo ya se considera «histórico» el volumen de lluvias.
Al respecto, el gobierno local aseguró que estaba totalmente movilizado para hacer frente a cualquier futura situación. Leite informó que viajará la próxima semana a Brasilia para «intensificar las articulaciones de apoyo a los municipios con el gobierno federal».